Álvaro Pascual-Leone Uno de los principales retos que tiene la educación es el de guiar la plasticidad del cerebro y “ayudar al niño a mantener las conexiones neuronales que le van a ser vitales para su futuro”, aseguró Pascual-Leone en un auditorio que colgó el cartel de “sin entradas” en la puerta.
Un feto produce 250.000 neuronas por minuto. Pero, al nacer,
y durante los primeros años de vida, comienza a perderlas. Tanto es así que, cuando llegamos a la de edad universitaria, nos hemos dejado por el camino, aproximadamente, tres cuartas partes. ¿Qué podemos hacer para disminuir esta fuga? “Es muy importante que los colegios y los padres hagan una poda neuronal programada, de forma que las que se mantengan sean las que mayor calidad de vida les vayan a dar”, afirmó Pascual-Leone, a quien Thompson Reuters le ha reconocido como una de las mentes más influyentes del mundo científico y uno de los 15 mejores investigadores de neurociencias del mundo.
Enriquecimiento neuronal
Algunas prácticas que el neurólogo valenciano, con residencia en Boston desde hace más de dos décadas, señaló como necesarias para que el cerebro se desarrolle sano desde edades tempranas tienen que ver “con la cultura del esfuerzo, es decir, con que los alumnos pongan empeño en aprender. Y, aunque resulte curioso, también el descanso es crítico para que el cerebro siga ejercitándose.
Así mismo, el impacto de la palabra es fundamental en la educación. Tenemos que tener mucho cuidado con lo que decimos y cómo lo decimos porque esto marca una huella de por vida en los niños. Por eso, es muy importante que encuentren modelos de conducta ejemplares en sus familiares, amigos, profesores…”, confirmó Pascual-Leone.
Métodos de aprendizaje en los colegios
El prestigioso especialista en Neurología insistió en que no podría argumentar que existe una metodología educativa más eficaz que otra. “Lo que sí parece claro es que cada etapa de la vida precisa de un aprendizaje y para que funcione correctamente tiene que ser individualizado y flexible”. En este punto rompió una lanza a favor de la educación bilingüe. “La gran ventaja del bilingüismo es que es capaz de pilotar los cerebros de los alumnos de una manera más enriquecedora”, aseguró.
A lo largo de la charla insistió en que son muchos los factores que afectan a la plasticidad del cerebro y a una mayor actividad neuronal. Ha quedado demostrado que pensar o imaginar acciones modifica el cerebro del mismo modo que cuando las ejecutamos. Por eso, advierte Pascual-Leone, debemos llevar cuidado con lo que pensamos o imaginamos.
Por otra parte, señaló que el cerebro es el órgano vital que más energía consume y que, al mismo tiempo, mayor control tiene sobre el resto del cuerpo. Por ello, si lo mantenemos sano, tenemos garantizada una salud general que además nos ayuda a prevenir futuras enfermedades cerebrales como el Parkinson o el Alzheimer.
¿Pero, podemos poner en forma el cerebro?
Parece que sí. “Una nutrición equilibrada, quince minutos diarios de ejercicio físico, una buena conciliación del sueño, asumir nuevos retos cognitivos, y sobre todo, tener un proyecto vital definido, es decir, tener una aspiración y una razón de ser cada mañana al levantarte y, por último, sentirse apoyado por una red social de amigos, familiares, etc., es de vital importancia para la activación neuronal”, confirma Pascual-Leone.
Todo lo que ocurre a nuestro alrededor y todo lo que hacemos afecta a nuestro cerebro. En ese sentido, las nuevas tecnologías están cambiando comportamientos y formas de actuar pero “eso no significa que sean malas. El reto de los padres y profesores consiste en educar sobre el buen uso de las mismas. La tecnología genera nuevas habilidades en los niños que son muy útiles pero hay que tener cuidado porque cuando se utiliza mal, puede ser un riesgo”, asegura Pascual-Leone.
Cambio de paradigma
Una de las principales batallas que este investigador aborda en su discurso es la necesidad de provocar un cambio de paradigma donde se trabaje tanto en la prevención de los trastornos mentales como en su detección y curación. “De no ser así, perderemos generaciones enteras.
Hay que entender que salud es más que ausencia de enfermedad”. Sobre este asunto asegura que hay una falsa creencia por la que se piensa que a partir de una edad no generamos neuronas y que a medida que envejecemos, comenzamos a perderlas. “No es cierto, está demostrado que si tenemos un cerebro sano, al que hemos cuidado y entrenado adecuadamente, podemos seguir creando neuronas de manera continuada hasta nuestro último día de vida”. Esto nos obliga a replantear a nivel social la perspectiva con la que miramos a las personas mayores, quienes han perdido ciertas destrezas pero que han adquirido otras que no se pueden despreciar. “Hay una pérdida de beneficio social por parte de los mayores que no nos deberíamos permitir”, concluye Pascual-Leone.
Exigimos demasiado a los jóvenes
Los padres suelen llevar muy mal las frustraciones de sus hijos y tienen unas expectativas muy latas sobre ellos. Quieren que sean brillantes en todo momento y en todas las cosas que hagan. Este tipo de presiones hacen que aumenten los problemas y los trastornos en los más jóvenes. “Es verdad que en esta época hay más jóvenes con problemas de depresión y ansiedad debido a que tenemos mejores diagnósticos médicos. No obstante, la presión que ejerce la sociedad sobre ellos, así como los estilos y hábitos de vida, ayudan poco a protegerles. En este sentido, es necesario que haya una buena educación que adiestre bien a sus cerebros para que sepan enfrentarse a los desafíos de la sociedad contemporánea y ser más resilientes ante este tipo de trastornos”, asegura el doctor Pascual-Leone, quien ha desarrollado una técnica pionera para intervenir de manera no invasiva el cerebro mediante campos magnéticos.
Humanizar la tecnología
A lo largo de la conferencia y del encuentro que mantuvo con profesores en Caxton College, Pascual-Leone reflexionó sobre la necesidad de que la ciencia y las humanidades atiendan de manera conjunta las vicisitudes que se abren en esta era tecnológica. “Quise ser filósofo pero al final encontré respuestas en la neurociencia”, confiesa. Quizá esta sea la razón por la que sus ideas y reflexiones destilan un nuevo humanismo con el que ha impregnado a todos los que lo han tratado a su paso por Valencia invitado por el III Foro de innovación Educativa de Caxton College.
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