La compañía de teatro La Cubana ha presentado hoy en el Teatro Principal de Alicante su montaje "Adiós Arturo" con una pequeña actuación a las puertas del recinto para un pequeño grupo de público. EFE La compañía catalana La Cubana regresa a Alicante tras dieciséis años de ausencia con su último espectáculo, "Adiós, Arturo", que se representará entre mañana y el próximo día 26 en el Teatro Principal.
Los roles teatrales que cada ciudadano desempeña en algún momento son la base del teatro que La Cubana pone en escena en cada función.
"Nuestros espectáculos siempre hablan del teatro que pasa inadvertido en los momentos más cotidianos", ha dicho el director de La Cubana, Jordi Milán, quien ha añadido: "Representamos el teatro circunstancial, el de cada día, y nuestra fuente de inspiración es el público".
Milán ha realizado estas declaraciones a los periodistas durante la presentación de "Adiós, Arturo" en Alicante. Con esta función, vuelven al coliseo alicantino, que hacía dieciséis años que no visitaban, desde que tuvieron en cartel la obra "Mamá, quiero ser famoso".
En su última propuesta ponen en evidencia las situaciones que se dan "en las despedidas, en los funerales, en los pésames, pero alejándolos de las circunstancias amargas", ha manifestado.
La pieza que ya ha pasado por una veintena de ciudades, cuenta con los habituales ingredientes de los espectáculos de la compañía: humor, color, música, sorpresas y la participación del público.
"Adiós, Arturo" desgrana las últimas voluntades de Arturo Cirera Mompou, un artista internacional muerto a los 101 años de edad y "poco amante de los ritos y los lutos", según Milán.
A su muerte "deja escrito que no quiere un funeral al uso, sino una fiesta de despedida" para la que ha contratado a La Cubana.
A las órdenes de Milán, intervienen diez artistas del grupo teatral catalán: Jaume Baucis, Xavi Tena, Toni Torres, Nuria Benet, Álex González, Babeth Ripoll, Montse Amat, Toni Sans, Edu Ferrés y Virginia Melgar.
Tras la rueda de prensa, Milán ha señalado que desconoce "el secreto del éxito", ni quiere saberlo.
"Eso supondría que habríamos obtenido una fórmula y nos pondríamos a aplicarla, con lo que acabaríamos haciendo churros", ha indicado.
Con cerca de cuarenta años de historia, que celebrarán en 2020, La Cubana sigue obteniendo el respaldo del público.
"Imagino que a la gente le gusta nuestros temas cotidianos. Eso de que los tratemos como a un vecino más", con un vocabulario "popular", ha incidido.
Milán ha subrayado que sus giras y espectáculos tienen "mucho trabajo detrás", para el que cuentan con la implicación de todo el elenco.
"El teatro es una obra de arte efímera que se deshace cada noche y hay que volver a empezar", ha asegurado.
"Nuestros espectáculos están vivos, vamos corrigiendo, ajustando, quitando y añadiendo cosas" durante el tiempo que representan una función, ha revelado.
"Por eso, el estreno suele estar bien, pero, cuando termina la gira, está mucho mejor", ha asegurado Milán.
También ha reconocido la labor de cantera que la compañía ha desempeñado en estas cuatro décadas, aunque se ha negado a reconocerla como "escuela teatral".
"Por La Cubana han pasado más de cien actores y cuarenta técnicos, y hemos tenido suerte que los que han salido han funcionado fuera", ha añadido, en referencia a intérpretes como Santi Millán, José Corbacho, Yolanda Ramos o Juanra Bonet.
"Aquí se aprende un oficio, una forma diferente de crear", ha reconocido antes de señalar: "Pero seguimos siendo una compañía de aficionados de Sitges con la que la gente acabó por volverse loca".
Esa aceptación del público fue la que les "dio el tirón" para convertirse en profesionales.
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