XXI Foro Anual de Orientación de Florida Universitària de Catarroja. EPDA La era
digital ha supuesto una auténtica revolución a nivel global. Las
personas hemos transformado nuestro modelo de comunicarnos, las
empresas pueden llegar a cualquier punto del planeta sólo con un
clic, el consumo online ha conmocionado de tal modo a las marcas, que
las estrategias de cualquier empresa ya no se conciben sin un plan de
marketing digital y una buena comunicación online. En este mundo
transformador, el sistema de enseñanza también se ha visto
impactado por la aparición de las nuevas tecnologías. El sector
educativo es consciente de que existen otros modos de aprender y de
enseñar. Pero el reto va mucho más allá. El profesorado del
presente tiene que formar a los profesionales del futuro para que
ocupen puestos de trabajo que ni siquiera se han inventado.
La
mayoría de expertos coinciden en que cerca del 75% de las
profesiones del futuro no existen en la actualidad. Estas cifras
suponen que tres de cada cuatro titulaciones que se estudian hoy
podrían quedar desfasadas en cuestión de años. En este contexto,
es necesario conocer qué demanda la sociedad y adaptar la formación
a sus necesidades. Para abordar estas cuestiones, Florida
Universitària ha organizado el XXI Foro Anual de Orientación, un
espacio de reflexión donde se han abordado las claves para la
transformación de los centros educativos, en los procesos de
aprendizaje, el necesario acompañamiento del alumnado y su relación
con el entorno.
Iñaki
Mujika, Director Ejecutivo de TKNIKA, centro de innovación e
investigación aplicada de la Formación Profesional del País Vasco,
y Agustín Agirre, Coordinador de Investigación de Métodos y
Procesos de Aprendizaje, han presentado el modelo educativo de este
centro de innovación y cómo abordan los avances que registra la
sociedad en el itinerario formativo del alumnado.
Ambos
han destacado el método de aprendizaje por proyectos, con centros
de formación profesional públicos y privados. Un aprendizaje
colaborativo que ha de integrar un proceso de trabajo y unos espacios
cuya configuración se adecue a los mismos. A su juicio, los espacios
de trabajo, son mucho más que unas paredes que forman un aula. Son
espacios flexibles, confortables, con buena acústica, conexiones
flexibles, espacios que facilitan el uso de las TICs y cuyas paredes
se pueden pintar.
Mujika
y Agirre han explicado que en el curso 2007- 2008 se dieron cuenta
que el nivel de cualificación tanto del alumnado como del
profesorado no se ajustaba a este proceso de cambio. "Era
necesario dar al alumnado otras aptitudes, como trabajar en grupo."
Con el paso de los años han ido aplicando mejoras creando Ciclos
de Alto Rendimiento. "Este ha sido un proceso de error-acierto,
aprendemos sobre la marcha. La finalidad de este método es tener una
visión global e impartir con la misma metodología."
"En
julio de 2013 ya teníamos una idea general de lo que queríamos
plantear". Gracias a los Ciclos de Alto Rendimiento, el alumnado
alcanza su máximo rendimiento trabajando en grupo. Este es un
aprendizaje basado en retos, donde se enseñan competencias tanto
técnicas o específicas, como transversales y sociales. "Lo que
importa es lo que aprende el alumno, no lo que sabe el profesor. Es
un cambio de rol, el alumno es el protagonista." Los retos son
actividades que motivan al alumnado. "Gracias a los retos, los
equipos formados por alumnos y alumnas con perfiles parecidos y con
una estrategia prefijada, tienen que aprender a gestionar el
conflicto."
La
clave para superar un reto es un proceso de divergencia dividido en
5 partes: primero informar, buscar, interpretar y analizar. En
segundo lugar, generar nuevas alternativas. La tercera clave es
interpretar, analizar y elegir entre las alternativas. Y en cuarto
lugar se procede a prototipar. A este proceso le sigue la
planificación y ejecución, para concluir con el análisis y
evaluación. "En el proceso, el equipo docente tiene que ser
autogestionado y reducido para cada ciclo, donde el alumnado trabaje
de forma colaborativa, desarrollando autonomía, responsabilidad e
implicación" .
La
clave, según sus impulsores, es llevar a cabo proyectos
enriquecedores y. "No se trata de cambiar las cosas porque
estemos haciéndolas mal, sino porque hay que evolucionar y hacer las
cosas adaptándolas a los nuevos entornos, necesidades, recurso",
han indicado.
Durante
su intervención han insistido en que el avance tecnológico marca el
ritmo de importantes cambios, tanto a nivel social, como económico,
convirtiendo a la tecnología en una pieza fundamental. Estos
elementos –aseguran- nos llevan a la necesidad de inyectar
innovación en la formación profesional. "Trabajar las
competencias del alumnado en la FP es vital: aptitud + actitud =
persona".
En
este contexto, han subrayado la necesidad de aportar talento y
ofrecer profesionales con un elevado nivel de preparación capaces de
mitigar el impacto de la automatización y el auge de la robótica.
"Cuando nos dicen que las máquinas acabarán con el trabajo de
las personas, tenemos que pensar que es cierto que muchos de los
trabajos que hacían antes las personas ahora se han automatizado,
pero no tenemos que olvidar que por cada tarea que pasa de hacerla
una persona a hacerla una máquina, surge otra tarea que necesita de
la aportación humana".
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