Los años y la edad van haciendo que perdamos de vista a las personas. Cuando escribo un obituario, siempre pienso en los motivos de peso que hacen se incline la balanza para recordar a esa persona por su trabajo o por su implicación con asuntos locales.
Joaquin Soriano, "Joaquinito el Damasó" fue un hombre de campo, un hombre que sabÃa de las labores de la tierra porque se habÃa criado en ella conociendo a la perfección la exactitud a la hora de medir un campo o la precisión al plantar los árboles y los viñedos, cuando estos menesteres se hacÃan a mano y con cuerdas de señalar.
Un hombre de los primeros que tuvo el carnet de conducir para usar el tractor, siendo tractorista de la Cooperativa Santa Bárbara de Casinos asà como de otros propietarios agrÃcolas, siempre desde el prisma del buen hacer.
Hasta aquà podemos decir que fue un buen agricultor, aunque exista un valor añadido y es que durante muchos años fue lo que entonces se llamaba "corredor de fincas" y modernamente se llama "API".
La vida ha evolucionado pero es fácil recordar la visita del Notario una vez por semana a Casinos, para dar fe y escriturar todos esos compromisos verbales que se fraguaban de palabra y que con testimonio público se sellaban ante la autoridad competente.
Ese trabajo silencioso, delicado secreto y riguroso lo habÃa aprendido de su padre el tÃo Joaquin el Damasó, que junto a Baltasar Hernandez, el tÃo Bsltasar el del forn, controlaban ese mercantilismo rural.
Dámaso es el nombre del abuelo. Dámaso Soriano Pérez, que fue concejal del Ayuntamiento de Casinos en 1913 cuando se construyó el Cementerio municipal, fue Juez de Paz durante muchos años y tallador - pesador de los Quintos, cuando tenÃan que incorporarse a filas.
Dámaso Soriano se casó con Emilia GarcÃa, tuvieron muchos hijos aunque sólo vivieron tres: Salvador, JoaquÃn y Ana MarÃa. De ahà el sobrenombre de Dámaso por ser descendientes de aquel abuelo que vivió tantos momentos de la historia de Casinos.
JoaquÃn cierra un ciclo de esa parte de historia, ha sido agricultor, ha pertenecido a diferentes juntas de sociedades agrarias locales y ha sabido participar en momentos de la vida mercantil.
Siempre hay un factor que acompaña la vida y es como transcurre el tiempo y nos merma la salud. La vida es una vela que como la cera se va quemando y asà le ha pasado a JoaquÃn. Las facultades se acaban, la fuerza se va perdiendo y poco a poco todo va quedando atrás.
Llega la noticia del punto final a este mundo y el abrazo q la eternidad. Todo lo dejamos aquÃ, solo nos acompaña el amor gastado y las buenas obras que dejamos. Lo eterno es tan grande que seguro nos encontraremos todos. JoaquÃn emprendiste ese camino, el sombrero que cubrÃa tu cabeza nos recuerda tu presencia y en este viaje seguro que encuentras a todos los que te acompañaron en este mundo… seguro que ya estáis todos juntos, porque "las Capas" i "els Damasons" habrán salido a tu encuentro.
La vida siempre nos enseña que lo mejor está por llegar. El fondo de estas palabras es que los agricultores de ayer son los grandes maestros del mañana.
Un abrazo a toda la familia a su esposa hijos, nietos y a su hermana Carmen. JoaquÃn descansa en paz.
Lo despediremos el dÃa ocho de agosto a las diez horas en la Parroquia de Santa Bárbara de Casinos.