La Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a 25 años de prisión a la mujer a la que un jurado popular declaró culpable de haber matado a su marido con discapacidad a causa de una enfermedad degenerativa en una parcela rústica de la localidad de Godelleta.
Tanto el fiscal como la acusación particular habÃan solicitado que la mujer fuera condenada a prisión permanente revisable como responsable de un delito de asesinato de una persona especialmente vulnerable, con la agravante de parentesco, pero el presidente del Tribunal del Jurado ha decidido que se la condene en su lugar a 25 años de cárcel.
El magistrado ha rechazado en la sentencia imponer la prisión permanente revisable por motivo de la especial vulnerabilidad de la vÃctima.
Ello se debe, ha argumentado, a que ya se habÃa tenido en cuenta esa circunstancia al determinar que existió alevosÃa, lo que permitió calificar el delito como asesinato y no como homicidio.
"La situación de desvalimiento o vulnerabilidad de la vÃctima por razón de su enfermedad, visto los términos del veredicto, integra de modo inescindible la situación de indefensión, que posibilita la estimación de la alevosÃa", ha razonado.
Una vez apreciada la alevosÃa que cualifica el asesinato, ya que el fallecido padecÃa una enfermedad degenerativa del sistema nervioso que le obligaba a depender de terceras personas y a moverse en una silla de ruedas, no se puede volver a valorar esa vulnerabilidad.
En los últimos meses de 2019, tal y como declaró probado el jurado en su veredicto, la acusada decidió matar a su marido, con el que se habÃa casado en 2017, y ocultar su muerte.
De este modo, preparó un plan que incluÃa el alquiler de una parcela rústica vallada y cerrada en la localidad de Godelleta donde mandó excavar una fosa.
El 1 de diciembre de 2019, acompañada por su hijo, trasladó a la vÃctima, a la que habÃa dormido tras darle un somnÃfero que le aseguró que era una pastilla para el dolor, en un vehÃculo a Xirivella y después a Paiporta, donde entregó a un familiar su propio teléfono móvil y el de su hijo.
A continuación, los tres se desplazaron a la parcela de Godelleta, donde la condenada aparcó el coche, cerca de la fosa excavada, y dejó encerrado en él a su esposo con una bombona de gas con la espita abierta a fin de matarle por asfixia.
Pasado un tiempo, al comprobar que seguÃa con vida, la mujer cogió un cordón de una zapatilla y le estranguló hasta causarle la muerte, según el relato de hechos probados de la sentencia.
Durante el estrangulamiento, el hombre llegó a revolverse contra la agresora, que le propinó diversos golpes, e intentó defenderse para impedir su muerte, aunque no tenÃa posibilidad real de oponer resistencia alguna por su "imposibilidad fÃsica y desvalimiento", precisa la resolución judicial.
Una vez perpetrado el crimen, la condenada sacó el cadáver del vehÃculo y, con la ayuda de su hijo, lo enterró en la fosa y arrojó sobre él sosa cáustica y otros productos quÃmicos para disolverlo.
Cuatro dÃas después, el 5 de diciembre, interpuso una denuncia ante la PolicÃa en la que manifestó que no sabÃa nada de su marido desde la tarde del dÃa 1.
Igualmente, durante ese mes, envió mensajes de texto desde el móvil del fallecido a sà misma y a amigos y familiares en los que se hacÃa pasar por el hombre para decir que estaba bien y pedir que no lo buscaran.
El cuerpo sin vida de la vÃctima fue descubierto finalmente el 16 de junio del año siguiente.
El presidente del Tribunal del Jurado considera a la acusada autora de un delito de asesinato con la agravante de parentesco, por el que le ha impuesto la pena de 25 años de prisión, el máximo previsto en el artÃculo 139.1 del Código Penal, tras tener en cuenta "la notable gravedad de los hechos" y la forma en que se ejecutaron.
La sentencia, que puede ser recurrida en apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, fija indemnizaciones por un importe total de 285.000 euros para dos hijos menores del fallecido fruto de una anterior relación.