La pequeña localidad de Manuel, de apenas 2.500 habitantes y situada en el margen derecho del rÃo Albaida, en la comarca valenciana de la Ribera Alta, se convirtió en noviembre de 2019 en uno de los escenarios más oscuros de la crónica negra de la provincia de Valencia. Fue allà donde desapareció Marta Calvo, cuyo paradero sigue siendo un misterio cinco años después.
Lo que se sabe del caso es que la desaparición no fue voluntaria y que la joven cayó en las garras de Jorge Ignacio Palma, el asesino confeso de Marta Calvo y acusado también de atacar a prostitutas.
La desaparición de Marta Calvo en Manuel
Marta Calvo Burón, una joven de 25 años natural de Estivella, municipio de la comarca de Camp de Morvedre (Valencia), desapareció sin dejar rastro el 7 de noviembre de 2019 en la localidad de Manuel, en Valencia, tras acudir al domicilio de Jorge Ignacio Palma, un colombiano de 38 años con quien habÃa contactado a través de una aplicación de citas.
Esa misma noche, su madre, Marisol Burón, escribió un mensaje a su hija para asegurarse de que todo iba bien. Alrededor de las seis de la madrugada, Marta le respondió que pasarÃa la noche fuera y le envió su ubicación por GPS. El punto correspondÃa al piso de Palma, ubicado en la calle San Juan Bautista del municipio de Manuel.
Pero Marta no volvió a casa. Con el paso de las horas y sin noticias, Marisol intentó llamar a su hija, pero el teléfono móvil estaba apagado. Dos dÃas después, alarmada, acudió personalmente a la dirección que Marta le habÃa enviado. Palma le abrió la puerta del piso, que habÃa alquilado tres meses antes, y le aseguró que no conocÃa a ninguna Marta y que ahà no habÃa nadie, invitándole a pasar a comprobarlo. Marisol se fió de sus palabras y no entró. Posteriormente, la madre de Marta Calvo aseguró que si hubiera decidido entrar, no hubiera salido de allÃ.
La denuncia de la madre de Marta Calvo
Inmediatamente, Marisol presentó una denuncia formal ante las autoridades. Sin embargo, la búsqueda no se inició hasta varios dÃas después. Con el paso del tiempo, el caso cobró notoriedad y comenzó a ser cubierto por todos los medios de comunicación. La difusión fue tal que incluso se hicieron públicas fotografÃas del sospechoso. Fue entonces cuando empezaron a surgir más vÃctimas: otras mujeres que afirmaban haber vivido experiencias traumáticas con Jorge Ignacio Palma.
Las llamadas 'fiestas blancas' de Jorge Ignacio consistÃan en la introducción de cocaÃna de alta pureza en los órganos genitales de las mujeres, sin su conocimiento ni consentimiento. En esas zonas, la droga se absorbe rápidamente a través de las mucosas, ingresando directamente al torrente sanguÃneo. Este método puede provocar sobredosis graves e incluso resultar letal.
Un mes después, en la madrugada del 4 de diciembre, Jorge Ignacio Palma se entregó voluntariamente en el cuartel de la Guardia Civil de Carcaixent. Durante su confesión, afirmó haber descuartizado a Marta Calvo.
La versión de la "fiesta blanca"
En su primera confesión, Jorge Ignacio Palma relató que la noche de los hechos coincidÃa con su cumpleaños y que habÃa decidido contratar a una trabajadora sexual. Según su testimonio, Marta le comentó que estaba muy cansada y querÃa descansar, por lo que él la invitó a dormir en su cama. "Al despertar, vi que estaba muerta a mi lado. Me habÃa dicho que llevaba dos dÃas de fiesta y por eso se sentÃa agotada", declaró ante la Guardia Civil.
Según esa única versión de los hechos, Marta Calvo falleció tras una noche de sexo y consumo de cocaÃna, en el marco de la práctica conocida como "fiesta blanca", mencionada anteriormente. Posteriormente, Palma fue denunciado por una decena de mujeres que sobrevivieron a encuentros similares, lo que permitió la reapertura de dos casos previamente archivados por la muerte de prostitutas en Valencia, también vinculados al consumo de estupefacientes.
La búsqueda del cuerpo de Marta Calvo
Durante el interrogatorio, Jorge Ignacio Palma relató que, al descubrir el cuerpo sin vida de Marta Calvo en su cama, pensó en suicidarse arrojándose a las vÃas del tren. Sin embargo, afirmó que decidió desmembrar el cuerpo y arrojar las partes en distintos contenedores ubicados en los municipios de Silla y Alzira.
La Guardia Civil, encargada de la investigación, rastreó durante ocho meses el vertedero de Dos Aguas en busca de pruebas que confirmaran esa versión, pero no encontró ningún resto. También se inspeccionó la planta de reciclaje de Guadassuar, cercana al lugar del crimen, sin que se obtuvieran resultados concluyentes.
De forma paralela, los investigadores realizaron una búsqueda exhaustiva de restos biológicos en el domicilio del asesino de Marta Calvo. En el interior de la vivienda se encontraron cabellos y fragmentos de piel que, tras ser analizados en laboratorio, se confirmó que pertenecÃan a la joven de Estivella.
Además, la investigación determinó que Jorge Ignacio Palma compró sierras y guantes en distintas tiendas de la zona para llevar a cabo el desmembramiento. En su confesión, explicó que se desnudó para no dejar huellas y que luego limpió a fondo la casa, donde se detectó ADN de la joven. Según dijo, querÃa dejar todo en orden porque su madre iba a visitarlo desde Mallorca para celebrar su cumpleaños. A ella, aseguró, no le contó nada de lo ocurrido la noche anterior.
Unas compras reveladoras
El programa de 'La Sexta', Equipo de Investigación, reconstruyó en 2022, a través de grabaciones de cámaras de seguridad y testimonios de varios empleados, los movimientos de Jorge Ignacio Palma tras la desaparición de Marta Calvo. En las imágenes se observa cómo las cámaras de un supermercado de la zona lo captan mientras compra guantes de látex y bolsas de basura. Posteriormente, se dirigió a una ferreterÃa cercana, donde adquirió dos sierras: una para madera y otra para escayola. "Esas sierras ya no se venden hoy en dÃa", explicó la dependienta del establecimiento al equipo del programa.
Ese dÃa, quien lo atendió en la ferreterÃa fue su propia madre, quien, según declaró ante los reporteros, se sorprendió por los productos que su hijo habÃa adquirido. Sin embargo, en ese momento, no sospechó lo que habÃa ocurrido solo unas horas antes.
Contradicciones e investigación en curso
La investigación fue avanzando y los agentes pronto concluyeron que la muerte de Marta Calvo no habÃa sido accidental. Desde prisión, Jorge Ignacio Palma se negó una y otra vez a revelar el paradero del cuerpo. Condenado anteriormente en Italia por tráfico de drogas, el acusado ofreció un relato lleno de vacÃos y contradicciones, pese al mes que tuvo para construir su versión.
El análisis de sus nueve lÃneas telefónicas reveló movimientos constantes entre varios municipios de la comarca de la Ribera Alta y la ciudad de Valencia, lo que desmentÃa su afirmación de haber pasado ese tiempo escondido en casas abandonadas. Durante esos dÃas, además, se deshizo del coche con el que habÃa recogido a Marta y de los teléfonos móviles que terminaron marcando sus ubicaciones clave.
Con esa información, los investigadores activaron una nueva búsqueda del cuerpo en parajes forestales de Manuel con perros especializados y también inspeccionaron una casa abandonada en Castelló (Ribera Alta). Sin embargo, ninguna de estas pesquisas dio resultado.
La estrategia del silencio y la condena como asesino en serie
Si no se encuentra el cadáver, no puede practicarse una autopsia y, por tanto, no pueden acreditarse con certeza las circunstancias de la muerte. Esa fue, precisamente, la baza que jugó Jorge Ignacio Palma, convencido de que, sin pruebas concluyentes sobre cómo murió Marta Calvo, prevalecerÃa su versión de una muerte accidental y evitarÃa asà la condena por asesinato.
Sin embargo, no contaba con un elemento clave: ya habÃa matado antes a otras dos mujeres de forma similar y habÃa intentado lo mismo con otras seis. Las causas se unificaron en un mismo proceso y, por mayorÃa, el jurado popular entendió que la ocultación del cuerpo buscaba eludir una condena más severa, además de causar un dolor irreparable a la familia de la joven.
Finalmente, Jorge Ignacio Palma fue condenado a 159 años y 11 meses de prisión por tres asesinatos y 14 intentos. El Tribunal Supremo, al revisar el caso, avaló la sentencia y sostuvo que en este caso la prisión permanente revisable estaba justificada, al tratarse, según el propio dictamen, de un "asesino en serie".
La lucha de una madre: "Solo quiero saber dónde está Marta"
El pasado mes de septiembre, Marisol Burón, madre de Marta Calvo, expresó su "emoción contenida" tras conocer que el Tribunal Supremo habÃa confirmado la prisión permanente revisable para Jorge Ignacio Palma, el asesino confeso de su hija. "Lo único que espero ahora es saber dónde está Marta", declaró ante los medios, visiblemente afectada.
Pese a la contundencia de la condena, el cuerpo de la joven nunca ha sido localizado. Palma reconoció en el juicio haberla descuartizado, pero nunca reveló el paradero exacto de los restos, una herida abierta que mantiene en vilo a su familia cinco años después del crimen.