La reapertura del
parque tiene lugar, no obstante, a la espera de una reforma integral que ya
está licitada, según ha informado el Ayuntamiento en una nota de prensa.
El vicealcalde y
concejal de Parques y Jardines, Sergi Campillo, ha destacado que la estructura
del Gulliver está "perfectamente" y que ya se han reparado
"algunos desperfectos menores", al tiempo que "se ha añadido
piedra para amortiguar las caÃdas que se producen".
Además, la zona
ajardinada que rodea el Gulliver también ha sido intervenida con trabajos de
poda, siega y recorte.
"Hemos
determinado que es posible y perfectamente seguro reabrir el Gulliver, especialmente
por la situación pandémica en nuestra ciudad, puesto que ha bajado muchÃsimo la
incidencia de la covid-19", ha explicado Campillo.
Según ha recordado, el
parque está pendiente de una restauración completa, y la empresa externa que
ganó la licitación ya está redactando el proyecto de restauración, que
"tiene un presupuesto inicial de un millón de euros", aunque se ha de
"esperar al proyecto definitivo para saber el coste final".
La rehabilitación
integral prevista incluye una mejora del acceso al parque y de la zona del
merendero, "una de las más utilizadas de la ciudad", un espacio que
cumplirá su función de espacio lúdico para actividades colectivas y, "a la
vez, actuará de antesala del Gulliver".
Tras la desescalada de
las restricciones impuestas por la pandemia iniciada el pasado mes de febrero,
que llevó a la reapertura de los parques infantiles de la ciudad, el siguiente
paso ha sido la reapertura del Gulliver, que, según el vicealcalde Campillo,
cuenta con un plan de contingencia ante la covid-19.
Situado en el tramo
XII del JardÃn del Turia, este parque infantil es un referente de la ciudad de
València y una atracción para el turismo familiar desde hace 30 años.
Se trata de una enorme
figura de 70 metros que representa a Gulliver, el protagonista de una de las
obras del escritor irlandés Jonathan Swift, un gigante sobre el cual los niños
y adultos pueden jugar y deslizarse a la manera de los liliputienses de la
obra.
Encargado por el
Ayuntamiento de València en 1990 al arquitecto Rafael Rivera y al artista
fallero Manolo MartÃn, consta de una estructura vacÃa revestida de materiales
blandos que forman sobre ella diferentes zonas de juego: toboganes, escalas y
pasarelas.