Esta mañana tus amigos, los que de verdad te querÃamos y te decÃamos lo que te tenÃamos que decir, nos hemos acordado de ti. Hemos recordado que hoy hace un año, nos dejaste… te fuiste tan sereno con tu café y tu cigarro.
Asà es la vida. Tus sentencias, tus ideas, tus fantasÃas, ideales o fanatismos, siempre impregnados de tus apasionados sentimientos te acompañaron hasta el último momento.
Te fuiste tan tranquilo y sereno que no pensabas el reguero de amor que ibas a dejar tras tu marcha. Recuerdo que el Franciscano Padre Fernando, Guardián del Monasterio de Sant EspÃritu de Gilet, plasmó en una sentida homilÃa, lo que habÃa sido tu intensa vida, asà como la capacidad que tuviste para congregar a todos a tu alrededor en aquel momento: los que eran amigos y los que no eran tanto… pero todos fuimos a decirte ¡hasta la eternidad!
Un año es mucho y es nada. Es una fecha para recordar, para pensar, para sentir y para agradecer. Si, en toda la sensación de orfandad que sientes cuando pierdes a un familiar, a un ser querido, a un amigo, nace la gratitud de la convivencia, del sentir de la posesión de ese afecto confidente y de la proximidad humana. Eso es lo que hemos vivido a tu lado.
Tus ocurrencias de no querer soplar las velas en tu cumpleaños, de llamar a un ganadero de toros a altas horas de la noche, de poner firme al primero que se cruzaba y que no aceptabas un no por respuesta, o aquello que te tenÃamos que decir "calla" y tú lo pregonabas con la mayor tranquilidad, mientras nos tenÃamos que poner de perfil para obligarte a callar.
Fueron tantos momentos vividos que no se con cual quedarme. Lo que siempre demostraste es ese amor impagable a tu pueblo y ese trabajo que te hacÃa exprimir las horas del dÃa hasta caer extenuado. Esa inversión de tiempo, trabajo abnegado y entrega nunca llega a agradecerse, ni mucho menos a compensarse.
Asà es la vida, hoy te vuelvo a recordar, recordatorio que hago extensivo a muchas personas que no te hemos olvidado y que te necesitamos, aunque solo sea para oÃrte al otro lado del auricular… pero lamentablemente para nosotros, seguro que en la eternidad estarás mejor. Igual tienes alguna delegación de alto mando y estas poniendo orden… (es solo una idea que me recuerda tu firma de ser).
Gracias Fili, gracias… nos vamos y entre el olvido queda una estela de sinceridad, afecto y compromiso de no olvidarte ni a ti, ni a tus obras.
Me viene a la memoria la letra de una canción de Vicente Morales que entre otras cosas nos dice: "Ellos son herederos sin herencia, constructores sin modelo, por la vida van sin vida y sin billete sin viajeros; mi misión es devolverles la herencia y entregarles su billete, descubrirles su camino que hasta el mismo Dios les lleve…". Ese intentaste ser tu y hoy de una forma sencilla, cariñosa, entrañable, te decimos que no es fácil olvidarte y que tus acciones fueron un testimonio de vida, el testigo que dejaron tus huellas.
Acabo de escribir con una sonrisa en los labios, es imposible no recordarte y reÃrme. Solo tu eres capaz de irte como te fuiste.
