El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Gandía ha interceptado un envío ilegal que contenía 20 ejemplares de una especie de tortuga protegida que viajaban empaquetadas desde China junto con calcetines y muñecos de peluche.
La Guardia Civil ha informado de que las tortugas, algunas de las cuales se encontraban ya muertas a causa del "estrés, la mala manipulación y la duración del viaje", son de la especie Geoemyda Spengleri, una especie protegida conocida como "tortuga hoja de vientre negro", incluida en el Apéndice II del Convenio CITES y considerada una de las más pequeñas del mundo.
El paquete carecía de la documentación obligatoria y transportaba a los animales "en condiciones deplorables", entre muñecos de peluche y dentro de calcetines.
La especie Geoemyda Spengleri, originaria del sudeste asiático, no supera los 15 centímetros en su etapa adulta y requiere condiciones ambientales específicas para su supervivencia. Su comercio internacional está estrictamente regulado debido a su inclusión en el Apéndice II de CITES, por lo que la importación sin permisos constituye una infracción grave con consecuencias penales.
Traslado a Terra Natura
Tras el hallazgo, los ejemplares vivos fueron trasladados de urgencia a las instalaciones de Terra Natura Benidorm, centro de conservación y cuidado de especies exóticas, donde un equipo de veterinarios y herpetólogos ha activado un protocolo de atención especializada.
El equipo técnico de Terra Natura Benidorm ha comenzado con pruebas sanitarias y análisis, orientados a detectar posibles parásitos o patologías derivadas del contacto con fauna silvestre.
Las tortugas han sido identificadas mediante microchip y se encuentran en aislamiento bajo estricta vigilancia veterinaria.
Uno de los principales desafíos que afronta el equipo de Terra Natura Benidorm ahora es la alimentación, ya que se trata de una especie omnívora con dietas especializadas en su entorno natural.
"Este caso es un ejemplo preocupante del impacto real que genera el tráfico ilegal de fauna, una actividad delictiva que amenaza la biodiversidad global y pone en riesgo la vida de los animales" ha asegurado el herpetólogo del parque, David Marti, quien ha añadido que "además de infringir la normativa internacional, este tipo de prácticas comprometen la estabilidad de ecosistemas enteros y dificultan los esfuerzos de conservación de especies ya vulnerables".
Por estos hechos, los agentes del Seprona han investigado a un hombre de 53 años y de nacionalidad española por un delito de tráfico de especies protegidas, y no se descarta la investigación de otras personas.