La Asociación Vecinal La Victoria ha presentado el "Metrominuto del Puerto", un plano esquemático que, con estética similar a la de los tradicionales mapas de metro, marca las distancias reales entre distintos puntos de interés de la ciudad y los tiempos medios que se tarda en recorrerlos caminando. De esa manera puntos como la piscina, hospital, tenencia de alcaldía, centros de salud, pabellones polideportivos, Centro Cívico, Casal Jove, EPA, etc, quedan conectados con este Metrominuto.
Los creadores del plano defiende que este mapa peatonal no es un simple ejercicio gráfico; sino que "es una invitación a reconsiderar cómo nos movemos", demostrando al usuario del plano que los servicios que ha de utilizar están más cerca de lo que piensan y que, en muchas ocasiones, se ahorra más tiempo yendo andando que conduciendo hasta allá y dando vueltas para aparcar. Según explican desde la asociación el "metrominuto" tiene un objetivo claro, recuperar las calles para las personas.
"El principal valor del "Metrominuto del Puerto" radica en su capacidad de demostrar lo accesible que resulta la ciudad caminando. Lugares que a menudo imaginamos alejados, en realidad se encuentran a pocos minutos de distancia. Con este plano, vecinas, vecinos y visitantes redescubren que las piernas son el mejor medio de transporte para moverse entre plazas, comercios o espacios culturales" explican desde la asociación.
El concepto del "metrominuto" nació en Pontevedra tras un laboratorio de ideas sobre mejoras urbanas y ha encontrado eco en numerosas ciudades españolas y europeas a las que ahora se suma Port de Sagunt.
La iniciativa defiende la necesidad de "domesticar" el automóvil, haciendo hincapié en la urgencia de reducir las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera. El peatón se convierte, así, en el protagonista de una ciudad más silenciosa, saludable y amable con su entorno, intentando frenar la hegemonía del automóvil.
"Moverse a pie no solo beneficia al medio ambiente, también fortalece la salud, favorece la vida social y genera un vínculo más cercano con el espacio urbano. Caminar, además, supone un ahorro económico y una forma sencilla de contribuir al equilibrio climático desde la vida cotidiana" explican los impulsores de la iniciativa.
