La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ha presidido la puesta en servicio de la nueva pasarela peatonal del Pont de Fusta, "una pieza fundamental del proyecto global del Puente de Serranos", tal como ha explicado durante su recorrido por el nuevo equipamiento. En efecto, la obra global supone la peatonalización del Puente de Serranos y la construcción de una nueva pasarela sobre el antiguo Pont de Fusta: un nuevo puente con dos plataformas, una para el paso de vehÃculos (con tres carriles), que se puso en servicio el pasado 19 de febrero, y otra para de viandantes, que ha quedado abierta ahora.
Acompañada por el concejal delegado de Circulación, Alfonso Novo, y varios miembros del equipo de gobierno, la alcaldesa ha abierto el paso por la nueva pasarela desde la Estación del Puente de Madera. Allà ha atendido a los medios de comunicación, y ha destacado la importancia de la actuación, que cumple un doble objetivo: reordenar el paso de vehÃculos y personas por esta zona, y conservar en buen estado el emblemático Puente de Serranos, tras los trabajos de recuperación patrimonial a que ha sido sometido.
"Hablamos de un puente histórico –ha explicado la Alcaldesa- que habÃa que preservar de las agresiones diarias fruto del peso de los vehÃculos o los humos". Hay que tener en cuenta que era itinerario diario de 10 lÃneas de EMT y 18.000 automóviles. "Por ello, tras los trabajos de conservación y restauración realizados adoptamos la decisión de peatonalizarlo –ha recordado Barberá- y para ello era necesario hacer otro puente que asumiera todo el tráfico que pasaba por ahÃ, y mantener la histórica pasarela longitudinal que une el norte de la ciudad con el centro, un lugar de paso de muchos miles de valencianos, sobre todo desde que se construyó la 'estacioneta' que se llamó de Santa Mónica".
Dado que se trata de una pasarela que integra las caracterÃsticas iniciales del antiguo 'Pont de Fusta', la nueva pasarela está realizada toda en madera, es este caso madera de iroco (teka africana). Se extiende a lo largo de 55 metros de longitud, y dispone de un Balcón Mirador de 21 x 8 metros, sito junto a la marginal del rÃo más próxima a las Torres de Serranos. El tablero de paso tiene 4,50 metros de anchura, con 4,30 metros de anchura libre, entre pasamanos.
En total, son 900 metros cuadrados de pavimento de iroco de 5 centÃmeros de espesor, con tratamiento para intemperie y aceite de teka; y 360 metros de barandilla y pasamanos, también de madera de iroco.
"Hace un año pusimos la primera piedra de todo este proyecto, y hoy es ya una realidad", ha manifestado la alcaldesa. La pasarela provisional que daba servicio hasta ahora a lo viandantes se ha cerrado y las 10.000 personas que la utilizaban cada dÃa podrán atravesar ya la nueva pasarela de madera. Se trata de una infraestructura fundamental, que en los dÃas de mascletaes llega a alcanzar el paso de hasta 40.000 peatones. También se ha restablecido el tránsito rodado, eliminando los desvÃos establecidos, de manera que se podrá llegar por la marginal izquierda del rÃo hasta la plataforma de circulación de vehÃculos del Pont de Fusta de manera definitiva. En cuanto al Balcón Mirador, podrá ser utilizado este fin de semana, tras ultimar algunos detalles decorativos pendientes.
El coste total del proyecto alcanza los 11 millones de euros, y la alcaldesa se ha manifestado "encantada de contribuir a preservar otro elemento del patrimonio histórico tan importante como éste, que viene a sumarse a las importantÃsimas recuperaciones patrimoniales que estamos llevando adelante desde el Gobierno de la ciudad". A preguntas de los periodistas, el Concejal de Circulación, Alfonso Novo, ha explicado que los costes de mantenimiento serán mÃnimos, dado que la madera ha recibido un tratamiento especial para su conservación.
UN PASO HABITUAL DESDE EL SIGLO XIX
La primitiva pasarela conocida como Pont de Fusta data del año 1882, en virtud de la puesta en funcionamiento de la Estación de Ferrocarriles denominada "Estación de Santa Mónica", que quedó arrasada durante la gran crecida-avenida del rÃo Turia del año 1897. Fue reconstruida con estructura metálica, y mantuvo sus dos caracterÃsticas fundamentales: la extrema ligereza y el pavimento de madera. Pero este segundo Pont de Fusta también fue destruido, en la riada de 1957.
En los años 60 se construyó una nueva pasarela, esta vez de hormigón armado, que no ofrecÃa ninguna referencia a la primitiva pasarela de madera, ni en su diseño ni en su material. Pese a ello, el material principal del paso habÃa arraigado con fuerza en la memoria ciudadana, que seguÃa denominando a la nueva pasarela, como el Pont de Fusta.
El Equipo de Gobierno ha querido mantener este paso, dada su posición como pieza básica del recorrido peatonal norte-sur de la ciudad. La actuación recupera, además, las caracterÃsticas iniciales del antiguo 'Pont de Fusta': ligereza, protección del viandante, linealidad y predominio de la madera. La nueva pasarela peatonal tiene una geometrÃa similar a la anterior, con un diseño sencillo pero de calidad, y que no merma la importancia de los dos puentes históricos existentes.