Leandro Quiles. - EPDAActualmente estamos vacunando a las personas de 65 y 64 años en el recinto ferial de Requena, seguiremos progresivamente hacia edades más jóvenes.
Por otra parte se sigue vacunando a mayores de 70 años, el sábado día 3 de abril se vacunaron a las personas de 78 y 79 años, y se sigue vacunando progresivamente hacia años más jóvenes hasta llegar a los 70 años. Está previsto comenzar con los grupos de riesgo (cáncer, dializados, transplantados…).
La población mayor de 80 años y grandes dependientes, el personal sanitario y socio-sanitario, las personas institucionalizadas en residencias y usuarias de centros de día están inmunizadas en su práctica totalidad,.
Los cuerpos esenciales: policías, bomberos, guardia civil.. también están vacunados ya, así como todo el personal docente.
Se han vacunado a trabajadoras de ayuda domiciliaria y se está vacunando a trabajadoras y trabajadores de servicios sociales.
En este departamento hay habilitado un punto de vacunación en el recinto ferial de Requena. Hay previstos otros dos, en Ayora y Utiel.
Actualmente estamos vacunando en el punto de Requena, en el que se han vacunado personal docente y personas de 65 y 64 años; también se vacuna asiduamente en cada uno de los centros de salud y consultorios del departamento, en ellos vacunamos a personas mayores.
Depende del ritmo de llegada de vacunas, yo pienso que en verano el porcentaje de vacunados va a ser alto. Por nuestra parte todas las vacunas que llegan se administran con celeridad.
En absoluto, todas son eficaces y seguras, el beneficio de la vacuna supera con mucho al riesgo de padecer la enfermedad.
El momento más duro fue justo hace un año, por la incertidumbre ante lo nuevo y desconocido. Lo más duro para mí ,y pienso que para todos, fue ver a la gente que fallecía. La pandemia obliga a mantener medidas de aislamiento que van en contra de la comunicación de los pacientes con su familia, y eso ha resultado duro para todos, a pesar del enorme interés que nuestros profesionales han puesto en facilitar esa comunicación de forma telemática y prestando su propio apoyo y acompañamiento.
Respecto a los profesionales fue duro al principio por la citada incertidumbre respecto a la enfermedad y a su propia protección y a la de las personas que atendían.
Pienso que definitivamente hemos pasado lo peor, confiamos en la vacunación y en las medidas de protección que todos debemos seguir aplicando.
En un primer momento tuvimos una incidencia alta en la población y en residencias, si bien es verdad que en este departamento desde el principio se hicieron muchos test diagnósticos que hacía que los casos fueran conocidos.
La incidencia acumulada del departamento de Requena desde el principio de la pandemia es de 8.458/100.000; actualmente es la más baja de la Comunidad Valenciana con 19,42 casos por 100.000 habitantes, en los últimos 14 días (a fecha del 5 de abril).
En marzo del año pasado, cuando se dieron los primeros casos en este departamento, había varias circunstancias que pudieron influir en nuestra incidencia, como son el ser una zona fronteriza con Castilla La Mancha que en aquel momento presentaba una incidencia alta.
En un primer momento los sanitarios teníamos incertidumbre y a veces nos confundíamos con la verdadera protección, unido a la tensión que se vivió respecto al material de protección en los mercados. Desde el punto de vista de esta dirección consideramos que, aunque con tensiones, en ningún momento faltó protección para los profesionales. También es importante destacar que el departamento ha sido muy reforzado en personal sanitario por parte de la Consellería de Sanidad Universal y Salud Pública
En primer lugar la vulnerabilidad del ser humano, también ha sido una lección de humildad y una invitación a la solidaridad con los más necesitados.
La pandemia ha puesto más de manifiesto la desigualdad existente en nuestra sociedad y en el mundo en general. Ha sido una oportunidad para mejorar como personas y hacernos conscientes de nuestras verdaderas necesidades, diferenciando las cosas importantes de las más superfluas.
Se ha puesto de relieve la importancia de potenciar los servicios públicos, en especial los servicios públicos de salud y los sociales.
Ha quedado constatado que precisamos una infraestructura productiva que nos haga menos dependientes del exterior para las necesidades esenciales, como es el caso del material sanitario. Merece mención especial la necesidad de potenciar la investigación en nuestro país en aras de esa menor dependencia.
En la apartado de la asistencia sanitaria ha quedado patente la importancia de la salud pública, la medicina preventiva y la atención primaria, sin menoscabo de la asistencia hospitalaria que ha soportado una gran presión y una respuesta encomiable por parte de sus profesionales.
Por mi parte he aprendido a valorar y compartir el sufrimiento emocional y el esfuerzo físico de los y las profesionales sanitarios y socio-sanitarios; así como el de los propios enfermos y sus familias.
Nuestra sociedad está viviendo una situación excepcional y de muchos sacrificios humanos y materiales y pienso que lo hace notablemente bien.
En la lucha contra la pandemia vemos que la verdadera arma está en nuestro propio comportamiento; con la inestimable ayuda de las vacunas.
Quiero dedicar unas palabras de reconocimiento a las residencias de mayores, sus trabajadoras y trabajadores y los ancianos y ancianas que están viviendo una situación de verdadero sacrificio, y lo hacen con mucha dignidad.
No sé si será antigua, nueva o simplemente vivir sin los condicionantes de la pandemia actual y con las lecciones aprendidas. Espero que sea pronto, yo tengo la esperanza puesta en el verano próximo.
