Los vecinos de Valencia siguen suspendiendo a sus líderes políticos.
No solo ninguno de los líderes de los grupos municipales que actualmente forman el pleno del ayuntamiento logró obtener una nota positiva en el sondeo realizado por SyM Consulting, es que en todos los casos, sin excepción, la mayor parte de los encuestados optaron por darle a cada candidato la peor nota posible de las que ofrecía el sondeo
Si algo se desprende del análisis de los datos recopilados por SyM es que la polarización no ha abandonado a la sociedad valenciana. El mejor ejemplo de esto es, sin duda, los resultados obtenidos por el actual alcalde de Valencia Joan Ribó.
El candidato de Compromís es el que más personas rechazan, con un 51,6% de encuestados asegurando que su opinión sobre el aún alcalde es "Muy mala", pero a la vez Ribó es el candidato que más gente optó por darle la mayor nota con un "Muy buena".
Por este motivo es importante analizar las respuestas por bloques. Si extrapolamos las respuestas a la encuesta a Ribó le aprueba un 33,9% de los electores (21,4% le calificó con un "Muy bien" más un 12,5% que votó simplemente "Bien"), pero le rechaza un 58,8% del electorado (7,2% de "Mal" más un 51,6% de "Muy bien"). Sólo un 7,2% de los encuestados mostró indiferencia por él o su gestión escogiendo la opción "Me da igual".
La valoración de Ribó es incontestablemente mala, pero es mejor que la de la candidata del PP María José Català. La candidata popular solo sumo un 26,3% de simpatía (15,2% de "Muy bien" más 11,1% de "bien"), y al sumar las respuestas negativas (12,5% de "Mal" más 46,3% de "Muy mal) da un rechazo aún mayor que el de Ribó (58,8%). ¿La clave? Català genera el doble de indiferencia que Ribó (46,3%).
Un problema similar tiene la líder socialista Sandra Gómez que obtiene un 22,7% de aprobación (12,8% tiene una percepción de ella "muy buena" y un 11,1% "buena") frente a un 64,1% de rechazo (19,5% "mala" y un 44,6% "muy mala"). El 13,3% no tiene una opinión formada sobre ella.
