Fran
Canós es un ingeniero industrial que aprobó la Selectividad con un
5,06, y que si no fuera por su DNI pocos dirÃan que tiene ya
cumplidos los treinta. Canós no es arquitecto, pero ahà lo tienen,
finalista para reconstruir la estructura quemada de la catedral de
Notre Dame. Su innovador diseño fue elegido entre los 300 mejores.
Y entre los 50. Y más tarde, entre los 20 preferidos de The
Independent. "¿Y si me toca?", comenta moderadamente
esperanzado. SerÃa trabajo para 10 años.
Canós
propone utilizar piedra. Asà no se romperá la armonÃa del
conjunto. Piedra, pero tratada como ahora ya nos permite la
tecnologÃa del siglo XXI: con un trenzado curvo que acabe dando
forma de cruces al diseño. Bastante más apropiado para un templo
que la enorme piscina sobre las cabezas de los fieles que asistan a
Misa en la catedral que proponÃa un estudio sueco .
La
buena noticia reciente para 'Notre Chevalier' es que los avales
técnicos a su propuesta se suceden. Hay uno, genérico, que es el
run-rún de que las autoridades francesas parecen haber descartado
opciones excesivamente conservadoras. Pero se espera que aún tarden
en elegir la definitiva.
Más
especÃficos son los otros dos apoyos: una empresa almeriense de
tratamiento de la piedra, que avalará su diseño como ejecutable, y
una cantera francesa, que se sumará a los apoyos que Canós va
cosechando para su propuesta. Que son básicamente empresariales, no
institucionales.
Diseño
Canós
-ya lo hemos dicho- es ingeniero, no arquitecto. Se dedica al diseño
desde antes de que València fuera elegida Capital Mundial por ese
concepto para 2022: una griferÃa innovadora, cinturones y pulseras
hechas con desechos de bolsos que se abrochan con un botón (Santiago
Abascal compró y luce una en la muñeca) ... No estarÃa de más que
alguien aquà ligara conceptos y apoyara a un valenciano de Nules
-difÃcil que le anulen- para que termine por hacer historia.