Pedralba, uno de los municipios más afectados por la riada del pasado 29 de octubre en la comarca valenciana de La SerranÃa, se recupera poco a poco de la catástrofe que se ha cobrado la vida de tres personas en la localidad, mientras que se sigue buscando a dos desaparecidos.
Su alcalde, Andoni León, responde la llamada de El Periódico de Aquà con la voz todavÃa entrecortada, mientras sus calles empiezan a verse libres de fango gracias a la ayuda de miles de voluntarios que se han ido desplazando a la zona en la última semana.
El aviso del sistema ES Alert llegó demasiado tarde a los teléfonos de los valencianos; a las ocho de la tarde, cuando muchos ciudadanos ya estaban con el agua al cuello, pero en Pedralba "la famosa alerta nunca la recibimos; estábamos sin cobertura desde las seis de la tarde", denuncia León.
El Ayuntamiento de Pedralba decidió cancelar las clases, las actividades extraescolares y cerrar las instalaciones públicas la tarde del 29 de octubre, tras recibir por la mañana la alerta roja meteorológica por fuertes lluvias. "Esa misma tarde, a las seis, ya estábamos sin luz, agua, ni cobertura", añade el primer edil.
El municipio vivió dos fuertes crecidas ese dÃa, por el desbordamiento del Túria y el barranco de Chiva. "Entre las siete y las siete y media, nos sorprendió el agua por una parte del pueblo y nos inundó el coche. La segunda, que fue la fuerte, alrededor de la una de la madrugada", narra el alcalde de la localidad, que explica que fue él mismo, junto con dos concejales y un efectivo de la PolicÃa Local, quien empezó a avisar a los vecinos puerta por puerta. "No habÃa cobertura, llamábamos al 112 y nadie respondÃa. Fuimos chillando por las casas y avisando", explica León.
La calle de la Acequia, conocida por su canal con puentes y escaleras de un enorme atractivo, fue la principal afectada. Por suerte, la riada no llegó a todo el municipio, pero sà a esa vÃa y sus calles adyacentes. "Estamos hablando de unas 210 viviendas afectadas", añade.
Tres dÃas sin suministros
Tras la catástrofe del 29 de octubre, en Pedralba todavÃa estuvieron dos o tres dÃas sin suministros de luz, agua, ni cobertura. Ni los vecinos ni el alcalde eran conscientes de las grandes consecuencias de la riada en otros puntos de la provincia como l'Horta Sud. "Éramos conscientes de nuestra situación; no tuvimos contacto con absolutamente nadie, nadie nos cogÃa el teléfono".
Para poder tener agua en el municipio, tuvieron que conectar una tuberÃa provisional de agua de riego, "porque la única cañerÃa se la llevó el rÃo", explica el primer edil, para añadir que la luz se pudo restablecer con generadores y la ayuda de Iberdrola, aunque alrededor de un 20% del pueblo continúa sin suministro eléctrico.
Hasta tres dÃas después de la riada, el Ayuntamiento no tuvo contacto con ninguna administración supramunicipal. El 1 de noviembre fue la primera vez que el alcalde pudo hablar con alguien de la Diputación de Valencia, asà como con la Delegación del Gobierno. "De Generalitat, ni siquiera nos han llamado para ver cómo estamos", denuncia el primer edil. En esta lÃnea, León apunta que su enfado con el Consell "es considerable", mientras que asegura estar "super agradecido con la Diputación y Delegación del Gobierno".
Los voluntarios y la organización, clave en la rápida recuperación
Desde el primer momento, Pedralba empezó a recibir voluntarios. Primero del propio municipio y pueblos vecinos, luego de toda la Comunitat Valenciana y España. "Los vecinos y vecinas pusieron desde el primer momento a disposición sus tractores, cubas con agua y toda su maquinaria para limpiar las calles de lodo", agradece el alcalde.
Luego empezó a llegar gente de Soria, Murcia, Cataluña, Asturias… "Nos están enviando material desde el extranjero; el viernes nos llega un cargamento de agua del pueblo que tenemos hermanado, Bosmie L'Aiguille", explica León, y también los ayuntamientos de la comarca pusieron autobuses desde sus municipios para ir a ayudar.
Tras la oleada de voluntarios, el alcalde asegura que tenÃan que aprovechar esa solidaridad, por ello intentaron organizarse bien, "si no a dÃa de hoy seguimos con el agua al cuello". AsÃ, desde el Ayuntamiento habilitaron un servicio de comida caliente para los voluntarios, gracias a la solidaridad de diferentes restaurantes.
"Cuando llegó la UME, nos decÃan que no habÃa ningún municipio tan organizado", asegura el alcalde, quien explica que todavÃa tienen habilitado el punto de información, "donde seguimos recibiendo voluntarios".