Quique
Llopis, un tipo serio en la pista, frÃo como un témpano de hielo, comedido en
las victorias y en las derrotas, apretaba el puño, posaba con la bandera y poco
más después de haber conseguido el mejor resultado de su carrera deportiva,
breve aún a sus 23 años: la medalla de plata en la final de los 110 metros
vallas del Europeo de Roma. Pero mientras, con el estadio enfurecido por un
nuevo éxito del atletismo italiano en el campeonato, su campeonato, Toni Puig,
su entrenador, un veterano, daba saltos de alegrÃa en la grada.
El
valenciano estaba feliz a su manera: "Se me hace raro saber que soy subcampeón
de Europa. No me lo acabo de creer. Ahora a seguir trabajando como hasta ahora
y a asimilar todo esto. Al cruzar la meta he pegado un grito, algo que no me habÃa
visto hacer nadie nunca. Ha sido como liberar tensiones de algo que llevo
tiempo buscando y que pensaba que tenÃa en las piernas y lo podÃa conseguir. Me
he quitado un gran peso de encima".
El vallista
de Bellreguard logró el segundo puesto después de firmar otra vez, la tercera
esta temporada, su mejor marca personal. Llopis corrió en 13.16 y solo cedió ante
el italiano Lorenzo Simonelli (13.05, lÃder europeo del año). Por detrás, un
abismo: el suizo Jason Joseph era tercero (13.43), el francés Raphael Mohammed,
cuarto, y Asier MartÃnez, su amigo, su compañero de habitación, quinto.
En las
semifinales, Orlando Ortega, se despedÃa con una sonrisa después de acabar con
un tiempo de 13.64. El atleta del CAVA Ontinyent se daba por satisfecho. "Roma
es un punto de partida para mÃ. Ahora ya se puede decir que Orlando Ortega ha
vuelto".
En la final
de los 5.000 metros, Thierry Ndikumwenayo solo pudo ser quinto pese a que
llegaba con la mejor marca europea del año. En una carrera con muchos
participantes, 27, el pequeño atleta nacido en Burundi y residente en Castellón,
donde entrena desde 2020 con Pepe Ortuño, no supo cómo dominarla. A un ritmo
demasiado cómodo para la mayorÃa, no supo imponer ese buen estado de forma que
exhibió en Oslo hace solo unos dÃas. Ahora le queda la revancha en la final de
los 10.000 el próximo miércoles.
Otro que
salió muy decepcionado fue Eusebio Cáceres, que encadena una decepción tras
otra en cada campeón. El saltador de Onil, tozudo, siempre vuelve. En Roma
sufrió una lesión en el isquiotibial en la clasificación y en la final , su
sexta final en un Europeo, no pudo rendir como esperaba. Se quedó undécimo con
un salto de 7,54. Ni siquiera pudo pasar a la mejora. "Es una mierda, pero es
la mierda que me ha tocado", se lamentó el alicantino.
Aunque él
siempre sigue mirando hacia adelante y piensa que aún tiene la oportunidad de
recuperarse -"no es grave, en nada podré volver a saltar"- y saltar los 8,05 metros que le meterÃan en
los Juegos OlÃmpicos de ParÃs, un reto y un objetivo que podrÃa compensar unas últimas
temporadas muy ingratas.
NUEVE
MEDALLAS
La medalla
de Llopis es la novena del atletismo valenciano.
Domingo Ramón, bronce en Atenas 82
(3.000 m obstáculos)
Toni Andrés, Juanvi Trull y Andreu
MartÃnez, bronce en Budapest 98 (4x400)
Glory Alozie, oro en Múnich 2002
(100 metros vallas)
Indira Terrero, bronce en Zúrich
2014 (400)
Orlando Ortega, bronce en BerlÃn
2018 (110 metros vallas)
Laura Méndez, plata por equipos en
Múnich 2022 (maratón)
Quique Llopis, plata en Roma 2024
(110 metros vallas)