Tras el último episodio de lluvias de este martes, en el que volvió a salirse el agua del barranco de l'Horteta de Torrent, dejando a varios trabajadores atrapados, el gobierno local ha denunciado una situación que se prolonga desde el 29 de Octubre y que tiene a los vecinos que viven en sus inmediaciones, en vilo en cada tormenta.
"Este mes de abril ha sido la gota que colma un vaso que ya estaba desbordado", señalan fuentes municipales. El Barranco de l'Horteta, "sin ningún tipo de intervención ni actuación, ni mantenimiento, ha vuelto a comportarse como un canal desbordado e incontrolable. En cuanto cae una cantidad considerable de agua en poco tiempo, el cauce colapsa, los pasos peatonales y viales se anegan, y el peligro y miedo inminente vuelve a instalarse en las calles. No es un hecho aislado: es un patrón repetitivo, peligroso y absolutamente previsible".
En esta lÃnea advierten de que la situación de los barrancos del Poyo y en especial l'Horteta va más allá de la falta de limpieza superficial. El problema es estructural. "Se ha denunciado reiteradamente la pérdida del lecho natural del barranco, la destrucción de los taludes y la total ausencia de infraestructuras de contención aguas arriba. Ahora mismo nos encontramos ante un sistema hidráulico colapsado, desprotegido y olvidado", y sin embargo, "las administraciones responsables siguen sin poner en marcha un plan a la altura del real, inminente y constante riesgo".
Meses de denuncia
Desde el Ayuntamiento de Torrent, la alcaldesa Amparo Folgado lleva meses denunciando públicamente la inacción de la CHJ. Ya el pasado 6 de marzo reclamó de forma urgente la creación de una mesa de trabajo interadministrativa para abordar de forma integral y coordinada la situación de los barrancos, que fue reiterada el pasado 14 de abril, ante la pasividad generalizada de los órganos con competencia directa.
"¿Cuántas alertas más hacen falta?, ¿Cuándo nuestro vecinos podrán descansar tranquilos sin mirar constantemente al cielo?. La amenaza es real, el peligro es constante y la inacción es ya injustificable", ha declarado Folgado con rotundidad.
Las medidas propuestas por la alcaldesa pasan por la retirada de material para rebajar los lechos de los cauces, asà como la reconstrucción y reforzamiento de los talúdes, la limpieza urgente de los cauces, además de zonas de retención de aguas, azudes y balsas de laminación en los tramos altos de los barrancos, para controlar las avenidas desde el origen.
Esto se completa con una visión territorial, comarcal e integral de la cuenca, no actuaciones aisladas en tramos urbanos que simplemente desplazan el problema aguas abajo, y un compromiso presupuestario real y un cronograma de ejecución claro, con financiación interadministrativa y voluntad polÃtica compartida.
Vecinos en vilo: miedo, hartazgo y exigencias
Desde la DANA de octubre, las asociaciones vecinales, familias y centenares de vecinos a nivel particular han trasladado su preocupación al Ayuntamiento, ya que la ausencia de avances concretos en los cauces de los barrancos, competencia de la CHJ, se ha traducido en indignación y temor constante.
"Cada vez que el cielo amenaza lluvia, el miedo se instala en las zonas colindantes a los barrancos en Torrent y de muchos municipios aguas abajo. El peligro no es abstracto, es real", ha alertado Folgado.
Este es, sin duda, uno de los aspectos más dolorosos del problema. "La inseguridad emocional y material a la que están sometidos los vecinos cada vez que se activan las alertas por lluvia. No es solo una cuestión de daños materiales, sino también de salud mental, estabilidad familiar y confianza en las instituciones", ha añadido.
Folgado ha advertido de que "no vamos a quedarnos de brazos cruzados esperando a que pasen los meses de pronóstico de lluvias, como si el problema desapareciera con la llegada del verano. No vamos a permitir que el tiempo entierre la memoria de lo ocurrido hasta que, con la llegada del otoño, vuelvan a repetirse exactamente las mismas circunstancias. No podemos tolerar que la catástrofe de octubre quede en el olvido, como si no hubiera servido absolutamente para nada. Cada minuto de inacción es un paso hacia atrás, una renuncia al aprendizaje y una traición a los vecinos que lo han perdido todo. No es aceptable que cuando llegue la próxima tormenta estemos, otra vez, como si hubiéramos partido de cero".
"No voy a cesar en nuestra reivindicación las veces que haga falta. Vamos a acudir donde sea necesario, a levantar la voz con los vecinos y a poner todos los recursos técnicos y humanos al servicio de una solución real. Porque esto va de seguridad vital, de proteger la vida, el bienestar y el futuro de nuestra ciudad", ha concluido la alcaldesa.