Hasta el mes de abril, Voro Nueda, vecino de Torrent, llevaba a sus hijos, un niño de 2 años y una niña de 5, a la escuela matinera del colegio Federico Maicas. Su mujer y él trabajan, y necesitan este servicio para poder hacer frente a sus obligaciones, pero desde entonces "me tengo que llevar al pequeño al trabajo porque nos lo han echado", explica.
"Cuando matriculamos a nuestros hijos en el colegio preguntamos específicamente si existía este servicio y nos dijeron que sí", explica Voro, "si la respuesta hubiera sido negativa nos hubiéramos planteado llevar al pequeño a una guardería y no al colegio", advierte.
Y este es el problema con el que se han encontrado a tres meses de acabar el curso. Al parecer, la empresa que presta el servicio redujo el número de monitores y los pequeños de infantil de dos años no tienen derecho a esta prestación, aunque vaya al mismo colegio que su hermana.
Una situación que también viven otras familias y que se corresponde con el vacío existente en las aulas de infantil de 2-3 años implantadas en los colegios, sin ser educación obligatoria, y un problema que ahora, casi a punto de acabar las clases poco se puede hacer.
No obstante, durante estas últimas semanas, "tengo que dejar a la mayor en clase, irme a trabajar con el pequeño y volver a llevarlo a las 9", añade, y tiene suerte porque "mi jefe entiende el problema", pero de no ser así, el matrimonio tendría que buscar otras opciones. También ha contado con la respaldo de su sobrina que hizo las prácticas en ese mismo centro.
Desde el mes de abril, los padres han tratado de ponerse en contacto con el concejal de Educación para buscar una solución, sin obtener respuesta. Desde entonces ha sido todo un periplo de idas y venidas con el niño de dos años, con el descontrol que también supone para él y, ahora en verano, la situación empeora.
"Llevo semanas preguntado por la escuela de verano para saber si mi hijo pequeño por su edad puede matricularse y todavía ni me han contestado ni lo han anunciado, así que ya llegamos tarde para apuntarlo a una guardería", explica, criticando el retraso en la organización de este servicio pensado para la conciliación familiar.