Un agente de la Policía Nacional en prácticas ha salvado en Aldaia (Valencia) la vida de una bebé de un mes que se había atragantado y no respiraba tras practicarle la maniobra de Heimlich, con la que logró que la menor expulsase grumos de leche y volviese a respirar.
Los hechos ocurrieron este lunes, sobre las nueve de la noche, cuando agentes de la Policía Nacional que se encontraban prestando servicio de prevención y mantenimiento de la seguridad ciudadana en Aldaia fueron requeridos por un hombre y una mujer muy alterada que portaba una bebé en brazos y manifestaban que la neonata no respiraba.
Uno de los agentes, en periodo de prácticas, comprobó que la bebé no respiraba y se encontraba con la cara hinchada y sin moverse, así como que al parecer se había atragantado, realizándole rápidamente la maniobra de Heimlich.
Tras abrirle la boca, la colocó sobre su antebrazo boca abajo y le dio varios golpes en la espalda, consiguiendo que expulsase grumos de leche.
Después de repetir la intervención, logró que empezase a llorar y recuperase la respiración, según ha informado la Policía Nacional en un comunicado, en el que indica que, al parecer, poco antes la bebé había tomado un biberón.
En el trascurso de estos hechos, se solicitó también asistencia sanitaria y la bebé fue finalmente trasladada a un centro hospitalario para su observación.
El agente, que tiene 25 años y hace solo mes y medio que salió de la Academia de Ávila, ha agradecido a la Escuela Nacional de Policía las clases en las que les enseñan "cómo solventar primeros auxilios en la calle" y que le permitieron actuar cuando se les acercó la mujer explicando que su bebé no podía respirar y no sabía qué le pasaba.
"En ese momento sabía lo que había que hacer por haberlo practicado ya en Ávila, y me salió natural", ha relatado el agente, que ha señalado que todo "fue cosa de un minuto o menos" y ha asegurado que lo ocurrido "no es fácil de olvidar", pero afortunadamente, y a pesar de "la tensión del momento", todo salió muy bien.
Además, el policía ha explicado que al día siguiente fueron a visitar a la madre y a la niña en el hostal en el que se alojan, donde la mujer les contó que está "muy contenta" y "muy agradecida" por haber salvado a su pequeña.