Con menos restricciones y unos datos epidemiológicos muy diferentes a los de hace un año, el pasado 25 de diciembre fueron muchas las familias que pudieron volver a reunirse en torno a la mesa para celebrar las fiestas navideñas. Escenarios de juegos y regalos que se repetÃan por diferentes ventanas de España. Sin embargo, ese dÃa no fue igual en todo el mundo. A casi ocho mil kilómetros, en BahÃa, muchas familias continuaban intentando sacar el agua del interior de sus casas. Las inundaciones de esos dÃas afectaron a más de cien zonas, propiciando el desplazamiento de 63.000 vecinos y la destrucción de una gran cantidad de viviendas. En total, murieron 20 personas a causa del desastre natural.
"Antes habÃamos visto crecidas de rÃo muy grandes, pero nunca nada parecido. Esta vez ha sido una inundación de toda la población", nos cuenta José Manuel Castellón. Sus suegros, MarÃa de Lourdes y Eronildes (73 y 74 años), vivÃan en Itapitanga, y han perdido todos los muebles de su casa, arrasados por la fuerza del agua. Según comenta José Manuel, esta zona al sur de BahÃa es muy humilde, y las casas no son lo suficientemente resistentes para soportar este tipo de desastres naturales. "A ellos no les pasó nada a nivel de salud, pero en ese momento tan solo les dio tiempo de coger su documentación y salir corriendo. El agua arrasó con todo", recuerda con angustia.
El matrimonio vivió durante cuatro años en Brasil, luego se trasladaron a Cataluña, y hace seis meses han vuelto a su puelo, San Antonio de Benagéber. Desde allà es donde han impulsado la campaña de crowfunding por Internet para ayudar a MarÃa de Lourdes y Eronildes. "Han perdido todo el trabajo de una vida que han construido en tan solo un momento. Ellos están jubilados y cuentan con unos ingresos ridÃculos, asà que los ayudamos con lo que podemos. Una situación asà les destroza por completo", relata el valenciano. El matrimonio se ha puesto manos a la obra para conseguir financiación y poder enviársela a su familia: "Nunca habÃamos hecho nada parecido. Lo difundimos por Facebook y algunos amigos, pero la respuesta nos ha sorprendido. Estamos emocionados".
Según cuenta, el ejército de la zona estuvo ayudando a los afectados y repartiendo alimentos, pero no ha sido suficiente para paliar las pérdidas materiales de la población, que necesita una inyección de esperanza. "Afortunadamente, en el caso de mis suegros, las paredes se han mentenido, asà que solo hay que reconstruir una parte. Pero deben volver a comprar muebles y ropa", señala. En el crowfunding se propuso un objetivo de cinco mil euros, ya que al traducirlo a reales superaban los treinta mil, y sumado a lo que el matrimonio podÃa aportar es suficiente para comenzar a trabajar. "Ahora que se ha evaporado el agua han contratado a albañiles y ya están haciendo las obras. "Mis suegros continúan durmiendo en el suelo, hasta que tengamos los muebles", lamenta José Manuel.
Pese a todo lo ocurrido, explica que se encuentran esperanzados al ver la respuesta de la gente, no solo de amigos o vecinos, sino de todo el mundo, al ser una campaña abierta en Internet. "Mi mujer me dice que vuelve a escucharlos con voz alegre. Desde allà nos llegaron videos sobrecogedores, pero con el paso de los dÃas y las noticias positivas se han ido animando", cuenta. "Es una casa sencilla, queremos que vuelva a su estado, porque llevan viviendo allà toda la vida", concluye el vecino de San Antonio.