El Valencia Culinary Festival presenta este año una completa programación en la que ofrece una mirada muy especial a los productores valencianos, en concreto al producto por excelencia de nuestro paÃs: el aceite de oliva virgen extra (AOVE).
En la jornada de ayer se vivió una cata con los cincos sentidos en un espacio con mucha historia: el Celler de Proava.
La experiencia corrió a cargo del Olenda, más allá del olivo, un proyecto valenciano ubicado en la localidad de Macastre y formado por dos mujeres, M José Casero y MarÃa Ortiz que desarrollan actividades de oleoturismo en las que buscan el bienestar fÃsico y emocional de las personas a través del olivar y su entorno, el aove y la gastronomÃa.
La divulgación del conocimiento de esta cultura del AOVE y su valor en nuestro territorio es el principal propósito de este proyecto que inicia su andadura trabajando codo con codo con productores locales.
Tres aoves fueron los seleccionados para la cata, concretamente los galardonados en 2022 en los Premios Proava con un recorrido por las tres provincias del levante:
Desde Castellón, Lo Canetà , con la variedad Regués o también llamada Morruda, presentó un AOVE lleno de notas verdes, aromas vegetales y frutos secos.
Por su parte, de la provincia de Valencia OliOli, con su monovarietal Cornicabra, presentó un aove fresco cuyo aroma traslada a campos de hojas verdes, hojas de olivo, almendros y a la propia huerta valenciana.
Por último, y, desde la provincia de Alicante, Travadell de la almazara de Millena, presentó un aove elaborado de un ensamblaje de variedades mayoritariamente autóctonas de la zona, un aove muy fresco que recuerda a aromas del Mediterráneo con notas tanto florales como vegetales.
La velada se completó con una visita guiada al Celler y la cata del cava valenciano Vegamar Priveé 18 de la mano de Teresa Lidón (Proava), asà como con una pequeña degustación con productos de la comarca de la Hoya de Buñol-Chiva armonizados con los aoves de la tarde. Un colofón gastronómico con raÃces de la tierra.
