València: ¿ciudad de los 15 minutos?

La ciudad de los 15 minutos es un concepto de diseño urbano que tiene su origen entre los años 1900 y 1910, por medio de una serie de trabajos del urbanista, sociólogo y educador Clarence Arthur Perry. Este planificador urbano colaboró en la elaboración del Plan Regional de Nueva York, incluyendo planes para la unidad del vecindario y esquemas de comunidad residencial, a partir del año 1929.

En el libro publicado en el año 1961, La muerte y la vida de las grandes ciudades estadounidenses, de la urbanista y divulgadora Jane Butzer Jacobs, se expone un compendio de las variables que actúan y rigen la vida de toda ciudad: planificación, participación, economía, vivienda, seguridad, movilidad, medio ambiente, habitabilidad, gobernanza o comercio, entre otras. En la obra, Jacobs estudia el funcionamiento de las ciudades a escala micro como base para la planificación y el cumplimiento de grandes objetivos, por medio del fomento de la diversidad de usos en cada barrio (oficinas, vivienda, cultura, ocio, parques). El concepto es sencillo: los barrios tienen que tener la suficiente densidad propia para garantizar el florecimiento del pequeño comercio y la vida en el barrio. Sin un barrio suficientemente denso, el pequeño comercio se desarraiga, las aceras se vacían de personas, los barrios se convierten en inseguros y la vida del ciudadano se empobrece.

Con la llegada de la pandemia de la COVID-19 y el confinamiento, las ciudades se vaciaron de vida y se produjo, de manera forzosa, una merma en la densidad de los barrios de prácticamente todas las ciudades del planeta. Ante esta situación, el experto en Urbanismo y profesor en la Universidad Pantheon-Sorbonne de París, Carlos Moreno, acuñó el concepto de la 'Ciudad de los 15 minutos'. Este experto, mundialmente conocido por el desarrollo de iniciativas en lo relativo a la ciudad inteligente y sostenible, ha abogado por ciudades en las que la cercanía de los servicios facilite la vida de las personas, por medio de desplazamientos breves (de 15 minutos a pie o por modos sostenibles de transporte) desde el lugar donde se vive, para poder llevar a cabo todas las actividades fundamentales humanas: trabajo, compra, sanidad, ocio y esparcimiento, gestiones, cultura, etc. Todo ello, pivotando alrededor del concepto de la densidad urbana. En la práctica, este modelo ha sido popularizado por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, en su propia ciudad.

En lo relativo a la ciudad de València, desde mediados del año 2020 existe un 'Acuerdo marco para la recuperación y la reconstrucción de la ciudad de València en el contexto del post Covid-19'. Si atendemos a su contenido, disponible para todas y todos en la web municipal, nos encontramos con el punto 9, en el que se habla de la 'Ciudad de los 15 minutos'. En él, se expone continuar con la aplicación del modelo de la ciudad de los 15 minutos, así como su aplicación en el diseño urbanístico pormenorizado de la ciudad (PGOU). También se habla de una ciudad compacta, con múltiples centralidades y equilibrio de servicios públicos por barrios. Igualmente, pone como objetivo tomar medidas para favorecer y priorizar la movilidad de los peatones, diseñando para ello los servicios y equipamientos públicos para minimizar trayectos y accesos de proximidad desde los barrios.

En relación con lo expuesto, nos preguntamos qué entiende el gobierno municipal de Joan Ribó (Compromís) y su vicealcaldesa, Sandra Gómez (PSOE), por "continuar con la aplicación del modelo de la ciudad de los 15 minutos". Si nos vamos a los principios del modelo, justamente el Gobierno, primero de la Nau y ahora del Rialto, no se ha caracterizado por la compactación o densificación de los barrios, por medio del fortalecimiento del tejido comercial de proximidad, sino por la destrucción del mismo, a causa de la inseguridad jurídica que sufre el comercio en la ciudad de València.

Si repasamos el ciclo de vida de los comercios en València (o de muerte, en muchos casos), muchos de ellos languidecen si, llegado el momento, necesitan del ayuntamiento para cuestiones relativas a sus licencias de actividad, debido al atasco de títulos habilitantes de estos siete años de gobierno de la izquierda. Y ya no sigo si, además, el comerciante necesitase acometer unas obras que requieran la previa habilitación municipal. El atasco en el otorgamiento de licencias de obra es tal que el desincentiva al más osado emprendedor.

En la "No ciudad de los 15 minutos de Compromís y PSOE", nos encontramos que la venta ilegal de producto robado o falsificado impera en la puerta de los comercios. Así mismo, más allá de la temida inflación, los impuestos y tasas municipales, cada vez más elevados, que afectan a los comerciantes y a los valencianos como clientes de los comercios, estrangulan la actividad comercial de la ciudad. Como agravante de todo esto, nos encontramos la política de movilidad del concejal Giuseppe Grezzi. Este político de Compromís, con su guerra contra el conductor del vehículo privado, ha roto la conexión comercio-cliente en muchos puntos de la ciudad, especialmente en el centro urbano con respecto al resto de barrios y al área metropolitana, donde recuerdo que vive la misma cantidad de habitantes que en la misma València.

En este paseo por la "No ciudad de los 15 minutos de Compromís y PSOE" no hay que olvidar que el reto suscrito de favorecer a los peatones es toda una quimera, a causa de un modelo equivocado de movilidad, en el que se quita al peatón del centro del sistema y se impone la bicicleta y el patinete. A ambos modos sostenibles de movilidad hay que apoyarlos siempre, pero con campañas de uso seguro, diseño racional de su red viaria e incremento de la seguridad para los peatones, especialmente niños y personas mayores. En este contexto, tampoco se ha reforzado en siete años el transporte público para conectar personas y barrios, pues las frecuencias actuales de la EMT distan mucho de ser idóneas, con excesivos tiempos de espera en las paradas y acumulaciones innecesarias de usuarios. Y todo ello con una EMT cada vez más endeudada, por lo que puede leerse en los medios de comunicación.

En "No ciudad de los 15 minutos de Compromís y PSOE" el equilibrio y desarrollo de equipamiento público en los barrios, así como el incremento de las zonas verdes, sigue brillando por su ausencia. Si no, que se lo pregunten a los vecinos del barrio de Penyarroja y de Cross a los que se les ha querido despojar desde el propio Ayuntamiento de solares públicos destinados a la educación y a zonas verdes vecinales, sustituyéndolos ilegal e injustamente por promociones inmobiliarias privadas. Así mismo, los árboles de la ciudad mueren de enfermedad o son talados por el Ayuntamiento sin ser repuestos, teniendo como sustitutos la maleza que crece en los alcorques o la proliferación de la fauna y flora silvestre de los solares, donde las ratas y las plagas proliferan año tras año.

En la "No ciudad de los 15 minutos de Compromís y PSOE" los barrios no crecen, ni toman densidad positiva, ni las personas encuentran la cercanía deseada desde el barrio o hasta el barrio. Al contrario, los barrios pierden población, como ha llegado a suceder en el Cabanyal, a pesar de los nuevos planes urbanísticos. En esta València oscura de Compromís y PSOE las calles de los barrios no se llenan de vida, como debería suceder, sino que se deprimen a causa de la delincuencia no atajada, como está sucediendo en Orriols o en Malvarrosa. En estas dos zonas importantísimas de València las personas se están manifestando continuamente por algo tan fundamental como es su seguridad y la de sus hijos.

En definitiva, València sigue muy alejada del modelo de ciudad de los 15 minutos. Y sigue tan lejos a causa de su alcalde y su vicealcaldesa, que una cosa es lo que predican o suscriben en documentos y otra cosa bien distinta es lo que realmente llevan a cabo con el presupuesto municipal. Desde Ciudadanos seguiremos velando y trabajamos porque la València de los 15 minutos sí sea una realidad de presente y de futuro, con el objetivo de que nuestros barrios se llenen de vida, de calidad urbana, de servicios públicos y de proximidad humana.