Vara de Quart. Su nombre evoca en el conjunto de la ciudad a un polígono. Más bien constituye su denominación. Polígono Vara de Quart. Aunque también, y posiblemente por encima de todo, así se llama un barrio urbano de Valencia con alrededor de 10.000 habitantes.
La mayoría vive en el tramo del vértice superior del triángulo que enmarca la barriada, el que se adentra en Tres Forques. En cambio, la porción más grande de superficie, la base de la pirámide, está configurada por empresas ubicadas en naves industriales. Esta parte es la que identifica al conjunto de esa extensión ubicada en el suroeste urbano como polígono. Hacia ese espacio encaminamos los pasos.
Lo hacemos desde la gasolinera esquinera que hace en cierto modo de eje delimitador, la situada entre el Barrio de la Luz, la calle Traginers, y la Avenida Tres Cruces, conocida popularmente como ´la del automóvil' por los numerosos concesionarios de vehículos que se sitúan en uno de sus laterales y en sus aledaños. Pronto, para completar el espectro automovilístico, aparece la señal indicadora de la estación de Inspección Técnica de Vehículos (ITV).
En seguida se articula otra calle con denominación de oficios ancestrales, en plural y en valenciano. Si antes era de los arrieros, ahora llega la de los fogoneros (Fogainers). El rótulo aparece entre una retahíla de señales como las habituales en un casco urbano. Varía, no obstante, que en lugar de poner hospital, centro histórico o ayuntamiento aparece escrito el nombre de empresas con su correspondiente sector (Maderas Bonet, Neumat. Montalt…)
Calle Argenteros (siempre oficios) en la mirada, aunque la ruta nos lleva a desviarnos por Fogainers y contemplar una inmensa nave industrial de color negro reconvertida en pistas de pádel. Los gritos enérgicos y el sonido del golpeo de la pelota traspasan sus paredes. Al poco, en la acera contraria, Artes Gráficas del Mediterráneo, con un color externo muy similar al de la nave de pádel. Sus tonos contrastan con los del resto de construcciones de la calle, de colores claros.
Cruce con Escudillers, cerca de otra gasolinera. Resulta curioso contemplar una azotea posterior a esa estación de servicio repleta de vehículos aparcados. ¡Cómo se nota la zona donde estamos! La calle se bifurca entre un centro de Formación Profesional y un solar precisamente con rampa de acceso a la azotea antes citada.
Continuamos en dirección al límite del barrio, donde el Camí Nou de Picanya que prosigue a Archiduque Carlos lo separa de San Isidro. Calle Coeters, aunque avanzamos por Argenters, hacia otro linde de la barriada marcado por las vías y la autovía. Al lado, Alsimet, empresa de hierro y latones. De frente se retoma Traginers.
Esta señal con nombre de oficio me sorprende más que las anteriores: Pedrapiquers. Debajo, nuevas indicaciones de empresas (Cooperativa El Progreso, Tablas Martorell, Makro).
VELLUTERS
La ruta por Vara de Quart deriva hacia Velluters, oficio con mucha historia en Valencia que la ciudad también recuerda con la denominación de un céntrico barrio. Naves por doquier de discutible estética y de oxidadas vallas. De ese modo este curioso itinerario desemboca en Els Gremis, la arteria más al suroeste del polígono y la que lo atraviesa por completo. Detrás únicamente se encuentra el terraplén de las vías del tren y, a continuación, la circunvalación viaria de Valencia.
La visión de una tienda de óptica me recuerda que, pese a todo, paseo por un barrio. Es el único indicio de esa perspectiva urbana no industrial. Junto a ella se sitúa el complejo azulón de la Inspección Técnica de Vehículos frente a un inmenso lavadero de coches.
Sigue el parque temático automovilístico, que se amplía con una gasolinera frente a la base logística de Mercadona de la que sorprende su singular estructura de andamiaje de cuadrados férreos que la corona. Una nave con una llamativa mezcolanza de rojo estridente y gris reluciente coronan el servicio a coches por medio de una aseguradora y su centro específico de servicio al automóvil.
La comisaría del cuerpo de Policía Nacional y la antigua y la nueva nave del diario Las Provincias, además de otra enorme de la empresa Saltoki, completan el decorado dels Gremis. Antes, desvío a la derecha por calle dels Fusters (una denominación más de oficio tradicional en plural para añadir a esta ruta por gremios).
El recorrido discurre junto a la sede de Radio Taxi y, unos 200 metros al fondo, emerge el local de otro diario de larga historia, Levante-EMV. Llanterners -nuevo oficio para la colección- a la izquierda y, al fondo, el barrio de la Fuensanta. Antes de llegar, otras instalaciones de pádel camufladas en lo que fue una nave industrial. El deporte le ha dado una vida distinta.
A estas alturas, y pese a transitar por un barrio, no me he cruzado con una sola vivienda. Cierto que, al otro lado, el que supera Tres Cruces, las hay y muchas. No obstante, se hallan en una parte distinta de la barriada. Cada porción ha asumido unas funciones. La de este Curioseando Valencia abarca únicamente la laboral e industrial. La residencial ya la recorrimos tiempo atrás.
Antes de abandonar Vara de Quart surge a la derecha un ramal de calle sin salida, taponada, al fondo, por una nave de ladrillo caravista, algo inusual en este conglomerado de instalaciones. No me motiva desviarme y continúo recto con ganas de encontrar el final. Antes emerge un cartel más señalizador viario indicando nombres de empresas. No dejan de sorprenderme por el contexto urbano en el que nos encontramos.
Y una extensa chatarrería aparece diseminada entre el esqueleto de una nave, al término de Llanterners, en la esquina con tres Forques. Hasta aquí hemos llegado. Esta vez el bocadillo de lomo fue el aperitivo del paseo, no su epílogo. Si hubiera esperado, habría tenido pocas opciones para escoger bar en esta singular barriada industrial dentro de Valencia.