Juan Picazo. / EPDA Nunca podré llamar Patria
a un máuser y una bandera;
mi Patria será un país
donde sea libre cualquiera.
Aquel en que se respete
al adversario o rival,
y en el que a nadie se humille
por su posición sexual;
donde cualquiera se exprese
libremente y sin temor,
sin recibir insultos
de cualquier banda o matón,
y en el que no se inmiscuyan
religiones en gobiernos,
¡Así me gusta un país!
¡Ésa es la Patria que quiero!
Un país en el que pueda
el patrón ganar dinero,
pero al mismo tiempo tenga
un sueldo digno el obrero.
Donde no quepa el fascismo
que siempre lleva desgracias,
y cuyo único objetivo
es tumbar las democracias.
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