El bipartidismo siempre consideró tener la situación controlada, sus mayorías en las urnas eran aplastantes, copaban el 80/90% del hemiciclo, pero tanto el PSOE como el PP siempre han necesitado a la minoría nacionalista para gobernar y así, cesión tras cesión, iban pasando legislaturas.
Siempre han rehuido el conflicto con los nacionalistas. La cesión siempre ha sido lo más fácil. El bipartidismo ha potenciado más sus marcas de identidad, sus derechas e izquierdas o rojos y azules que los acuerdos entre sí, porque una sociedad dividida en bloques hace que, en un porcentaje elevado, la gente vaya a las urnas a piñón fijo, sin tener en cuenta ni la mala praxis política, ni tan siquiera la corrupción. La conciencia se limpia con el "tú más" del rojo al azul o del azul al rojo.
Ahora recogen la cosecha de lo sembrado en esas décadas, frentismo e ingobernabilidad, con 13 partidos en el Congreso de los Diputados y las mayorías condicionadas por las minorías, que ya no tienen bastante con la cesión de antaño, ahora la cesión va acompañada del escarnio público.
Ciudadanos, los liberales, siempre hemos estado pregonando la necesidad de tender puentes y acuerdos entre la derecha y la izquierda, en el desierto de la incomprensión. Recordemos el insistente "221" que pregonaba Inés Arrimadas, pero nada, les sigue interesando la división. Es de ilusos pensar que un bloque se impondrá al otro, eso no ocurrirá nunca. Por eso el raciocinio pide bajar la tensión y llegar a acuerdos en pro de la convivencia y el interés general.
No podemos consentir que una minoría rupturista siga imponiendo sus designios a la mayoría, esto ocurre por varios motivos, pero mejor no enumerarlos. La solución es fácil, en muchos países está regulado en su ley electoral y en nuestro país también, por ejemplo, son varias las comunidades autónomas que exigen un elevado porcentaje de votos para tener representación en sus parlamentos autonómicos.
Señores del PP y PSOE, evitemos gobernar con el "tragalá" de las minorías, modifiquemos la Ley Electoral, requiriendo un 3% de los votos emitidos para tener representación en el Congreso. Ahora tragamos con el PSOE gobernando, pero en la misma disyuntiva se encontrará el PP. Una minoría rupturista no debe seguir condicionando el gobierno de España. En manos del bipartidismo está evitarlo.