Pancartas gigantes en el antiguo edificio Flex de Valencia. FOTO EPDAU
na veintena de activistas de Marfull-Agrò, en nombre
de la plataforma “Tanquem Cofrents”, que agrupa a las principales
organizaciones ecologistas de la Comunitat Valenciana, así como sindicatos y otras
organizaciones de la sociedad civil valenciana, y de la coordinadora estatal
Antinuclear (CEAN), han ocupado este domingo el
antiguo edificio de Colchones Flex, al lado de la autovía A-3. Los activistas,
cuya acción ha sido en todo momento pacífica y sin incidentes, han desplegado
en el exterior del edificio varias pancartas, fácilmente visibles desde los
coches que circulaban por la autovía, en la que reivindicaban, aludiendo
simbólicamente al carácter del edificio ocupado, el derecho a dormir tranquilos
sin la amenaza que suponen las centrales nucleares en general, y la de
Cofrentes en particular, gravitando permanentemente sobre las cabezas de la
ciudadanía.
Se ha
aludido también a la cercanía de la central de Cofrentes a la ciudad de
Valencia, y a otros importantes núcleos de población, comparándolos con la
extensión que alcanzo la radiactividad en el desastre de Fukushima. En efecto,
la radiación de Fukushima llegó, en ciertos momentos, a niveles peligrosos
hasta la megapolis de Tokio, situada 120 km al sur de la central y tuvieron que evacuarse por la alta
contaminación radioactiva zonas hasta a 50 km de Fukushima, (y a dosis más
bajas llego incluso a nuestro territorio) de tal forma que más de 58000
personas aun no han podido volver a sus hogares ni parece que lo vayan a pode
hacer próximamente. En comparación, la central de Cofrentes se encuentra a
escasos 60 km de Valencia, y en un radio de 75 km alrededor de la central viven
más de 2'5 millones de personas, que podrían ser gravemente afectadas en caso
de accidente en la central, aunque el Plan de emergencia nuclear de la
provincia de Valencia (PENVA) sólo contempla evacuaciones, como máximo, hasta
una distancia de 30 km de esta central, lo que es claramente insuficiente, a la
luz de lo ocurrido en el desastre de Fukushima o en el de Chernobil.
Según han explicado en un comunicado, ''la
prueba más palpable de las consecuencias que podría tener un accidente en la
central de Cofrentes la tenemos en lo sucedido con los graves incendios que han
padecido las montañas valencianas este verano, y que quemaron zonas
relativamente cercanas a la central (Cortes de Pallas). La nube de cenizas
originada cubrió los suelos de la ciudad de Valencia, L'Horta, y algunas otras
comarcas, llegando incluso hasta la ciudad de Barcelona, de forma que si en vez
de simplemente cenizas hubieran contenido isotopos radioactivos como los
emitidos en los accidentes Fukushima o Chernobil, todas estas zonas se hubieran
vuelto inhabitables durante, al menos, siglos''.
''Tanquem
Cofrents quiere denunciar la inseguridad y peligrosidad intrínseca que suponen
las centrales nucleares, puesta de
manifiesto repetidas veces, como con el reciente paso del huracán Sandy por la
costa este de los Estados Unidos, que obligó a parar 3 de sus centrales,
reducir su potencia a otras tres,
y declarar la situación de alerta, por inundación de su emplazamiento, en su
central en funcionamiento más antigua, Oyster Creek. O con el descubrimiento,
hace unos meses, de miles de grietas en las vasijas de dos reactores belgas,
que no fueron detectadas en las pruebas de esfuerzo realizadas a todas las
centrales nucleares europeas sólo unos meses antes, y que podrán afectar
también a más de 20 reactores en todo en mundo, entre los que se encuentran los
de Garoña y Cofrentes. O con el caso más reciente, de esta misma semana, en que
se han tenido de parar varios reactores surcoreanos al encontrarse grietas en
uno de ellos y descubrirse que en cerca de 8000 piezas de estas centrales se
habían falsificado sus certificados de calidad'', continúan.
Por todo
ello, Tanquem Cofrents exige el
cierre inmediato de la Central de Cofrentes y el resto de las nucleares, y
recuerda que, además, no son necesarias como prueba el hecho de que hoy mismo 3
de las 8 centrales que operan en el territorio español están paradas, dos por
recarga de combustible y otra para arreglar una avería, sin que se produzca ningún problema de
suministro eléctrico, ni el precio de la electricidad suba, ni se deje de
exportar electricidad a otros países. Esta es una situación que se repite con
cierta frecuencia, e incluso se ha
llegado a tener 4 de los reactores parados y otro a media potencia sin ninguna
consecuencia para el consumidor o el sistema eléctrico.
''En
cambio, la alternativa de la aplicación de medidas de ahorro y eficiencia
energéticas y el uso las energías renovable se revela cada día como más viable,
económica y segura, y como la única posibilidad real de luchar contra el cambio
climático que ya nos esta afectando. En efecto, este año, entre el viento y el
sol ya se producirá en España más electricidad que con las nucleares, y
mientras que las renovables son cada vez más baratas, la construcción de las
centrales nucleares y su propio funcionamiento son cada vez más caras, como
demuestra el hecho de que centrales nucleares con prorrogas de funcionamiento
concedidas y con su construcción sobradamente amortizada, han decidido renunciar a la
continuación de su actividad, como son los casos de las central de Garoña, o la
central estadounidense de Kewanee, de forma que cerraran ambas antes de julio
de 2013'', concluyen.
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