Salvador Montesinos. / EPDA El año 2022, aparte de ser el de la pospandemia, nos ha dado la oportunidad de comprobar una gestión municipal atascada, lenta y de espaldas a las necesidades reales de la ciudad. Ha quedado patente que los tres partidos políticos que gobiernan no han sido capaces de ceder en sus pretensiones particulares a favor del interés general.
A nivel económico, puede que sea la peor gestión en lo que llevamos de democracia. Sí, aunque esta situación no sea totalmente palpable en el día a día de los ciudadanos, repercute en múltiples proyectos y en financiación por parte de Generalitat y ayudas de Europa. Una nefasta gestión que tendrá consecuencias para la ciudadanía en el futuro.
El principal error, el criterio de distribución del gasto de los presupuestos, que en muchos casos es caprichoso, partidista y no se ajusta a la realidad. Un año más y otra legislatura más, no están a la altura de lo que la ciudad requiere. Ha vuelto a quedar demostrado que se necesita músculo, criterio, eficacia, y mucho servicio para una gran ciudad como Sagunto con varios núcleos plurales.
Sin embargo, el alcalde no ha sabido frenar las continuas pretensiones de agravio de Compromís hacia otras partes de la ciudad. Una animadversión de los nacionalistas que retroalimenta su rivalidad con Iniciativa Porteña. No se puede estar una legislatura entera debatiendo sobre qué núcleo se lleva más. Hemos perdido una gran oportunidad de desmontar el pensamiento segregacionista. Una ciudad que va tener el parque industrial más grande de España no puede pararse a pensar en segregaciones.
Todo lo contrario, hay que gobernar acorde a las necesidades reales y con miras de futuro. Sobre todo, porque nos espera un reto brutal, ilusionante, con el aumento de la población por la instalación de grandes empresas. Y para ello hay que cambiar la gestión municipal, sí o sí. Hace falta otro talante, otra visión de ciudad global, moderna, atractiva, alegre, con proyectos que no se queden cortos y no sean eternos como hasta la fecha.
Lejos de eso, que es por lo que Ciudadanos (Cs) trabaja, vamos a vivir un final de legislatura de engaños electorales, de división evidente del gobierno y de una parte de la oposición que aporta poco.
Nosotros, en Cs, seguiremos siendo distintos, haciendo política municipal. Por encima de todo están nuestros vecinos y nuestra ciudad. Personalmente, tengo un arraigo familiar de más de 100 años y nadie podrá negar que amo mi ciudad y su pluralidad. Deseo para todos mis vecinos y vecinas, y mis hijas, que nunca tengan que irse porque esta ciudad no les brindó lo que necesitaban. Para que así sea, Cs ofrece amor por Sagunto, y afán de servicio y unión.
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