Miembros de la Plataforma en uno de los repartos. EPDA.
La única alcaldesa de Afganistán, Zafira Ghafari. / EPDALa historia sobre la que se construye el mundo, por desgracia, está protagonizada por numerosos conflictos caracterizados por el ansia de poder. Pero además, también por un resultado similar, como es el del sufrimiento civil a causa de bombardeos, pérdida de libertades, violencia y censura. El último episodio de este triste recorrido lo ha escrito Afganistán, que entre finales de agosto y principios de septiembre vivió un cambio de rumbo con la toma del poder por parte de los talibanes. Los conflictos que se encuentran a miles de kilómetros también tienen sus repeticiones sísmicas en el resto de los países, y España, por ser lugar clave para el acceso de refugiados hacia el continente europeo, no es una excepción.
También desde el ámbito más próximo se puede tener una respuesta, y es que en la comarca han existido algunas iniciativas para implicarse en este problema. Una de ellas es la Plataforma de Refugiats de Vilamarxant, creada en 2015 para atender a las demandas que las situaciones de crisis exigían. “En ese momento todos los partidos políticos llegan al acuerdo de nombrar a Vilamarxant como ciudad refugio. Nuestro objetivo era crear en ese momento una asociación para ayudar al ayuntamiento en la acogida de refugiados”, cuenta Aranzazu Coll, representante del proyecto.
La Plataforma no trabaja tan solo con ayuda en el exterior o los refugiados, sino que se encarga de arrimar el hombro en cualquier situación de necesidad, como con el reparto de comida, calzado, ropa y materiales a los que lo necesiten, así como atender a víctimas de violencia de género. En colaboración con una plataforma de Barcelona, la encargada cuenta que se ha posibilitado llevar contenedores a Siria o Afganistán. “También tenemos a compañeros a pie de campo, son los que nos mandan la información de lo que sucede en esos países, ven el día a día y se encargan de comprobar que nuestro material llega”, señala Coll.
No obstante, también pone el foco en las dificultades que tienen para almacenar los productos, ya que no cuentan con un local debido a su situación de alegalidad: no hay presupuesto para la burocracia que implica crear una Asociación. “Nosotros somos voluntarios, queremos ayudar a gente del pueblo que lo necesita”, defiende.
Han ayudado en diferentes situaciones de crisis de refugiados, como por ejemplo encargándose de donar materiales al Open Arms.
“Teníamos un chico, que vino refugiado de Afganistán, y lo acogimos en mi casa durante un año. Él ahora tiene 22 años, y vino a Valencia con 18. Sigo teniendo mucho contacto con él. Él no sabía nada de castellano y fue aprendiendo poco a poco, ha sido como un hijo más”, ha contado Aranzazu Coll. Considera que no hay suficiente ayuda humanitaria a las personas, y que es difícil labrarse un futuro si escapas del país sin ayuda económica en el lugar donde llegues.
En estos momentos, se están encargando de enviar lo más urgente a Afganistán, aunque lamenta que la falta de presupuesto hace que no puedan llegar a todos lados. De esta manera, en las últimas semanas también se han implicado en enviar material a La Palma. Además, destaca otro de los puntos en los que ayudan, como es la violencia de género. Cuenta que uno de los últimos proyectos que han hecho ha sido ayudar a una niña que había sufrido malos tratos, y tenía problemas de habla y adaptación, por lo que intentaron realizar un acto para recaudar fondos y aumentar las horas de logopeda para la víctima. No obstante, lamenta que los vecinos y responsables no se implicaran en el acto ni la iniciativa.
Salvar a Zafira Ghafari
Las mujeres han sido otro de los focos de violencia en los conflictos de Afganistán. La pérdida de derechos en este país para ellas ha hecho que surjan iniciativas como la del Ayuntamiento de Casinos, que ha pedido a la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Gloria Calero, acoger a la única alcaldesa de Afganistán, Zafira Ghafari, tras la entrada de los talibanes en el país. La alcaldesa de la ciudad de Maidan Sahahr, capital de la provincia de Vardak, también ha ejercido como figura activista en los derechos de las mujeres, y tras el ingreso de los talibanes su vida corre peligro. “Estoy sentada en casa esperando que vengan. No hay nadie que me ayude a mí ni a mi familia; solo estoy sentada con ellos y mi esposo. Y vendrán a por personas como yo y me matarán”, comentó atemorizada Ghafari en una entrevista con iNews of the Taliban en el Reino Unido.
“Ante la represión democrática que se avecina -la última vez que los talibanes estuvieron en el poder pisotearon los derechos fundamentales de mujeres y niños- la vida de muchos afganos y afganas corre peligro. Por ello me dirijo a la Delegación del Gobierno español como alcalde de una población pequeña, para pedirles que realicen todas las gestiones ante el gobierno español y la misión diplomática española en Afganistán, para que la hasta ahora alcaldesa Safira Ghafari, su marido e hijos puedan salir del país y establecerlos en un lugar seguro”, ha señalado el alcalde, Miguel Navarré, en el comunicado.
Así, describe a Casinos como un municipio solidario, que puede servir para acoger a la activista en estos tiempos tan confusos en la realidad de Afganistán. “Como alcalde me dolería que la única alcaldesa afgana, que es la voz de las que van a ser las oprimidas por el nuevo gobierno talibán, sea asesinada o sus derechos pisoteados a manos o por orden del nuevo régimen que acaba de instalarse en Afganistán”, añade el edil.
Afganistán se encuentra en manos de los talibanes tras la caída de Kabul y la salida del presidente del país, Ashraf Ghani, después de que los extremistas llegaran a las afueras de la ciudad. La sociedad afgana se encuentra ahora en un contexto de crisis política y social, en el que las mujeres y opositores están viendo restringidos sus derechos, situación que cada día puede empeorar ante el aumento de poder de los talibanes.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia