Juan Vicente Pérez Aras. EPDA.
Caminando hacia atrás no avanzamos, retrocedemos. Abandonados los principios socialdemócratas, el sanchismo y sus aliados marcan una agenda supeditada al interés de quien mueve los hilos de la política española. Lobos con piel de cordero en su estrategia de acoso y derribo hacia todo aquello que representa prosperidad y riqueza, para la mayoría. Con el manual revolucionario teñido de verde ecológico marcando la pauta y atrincherados en la “des-Memoria Histórica”, generan continuas cortinas de humo mientras fagocitan todo el tejido institucional.
Una fiesta que pagamos todos. Ni el tridente valenciano se escapa a su estrategia de tierra quemada. Con las Infraestructuras y la Financiación no hace falta tirar de hemeroteca para constatar sus anuncios y renuncios. De la Regeneración Democrática, ni hablamos. La Justicia sigue desmontando toda su efectiva estrategia de acoso y derribo contra el Partido Popular, tras más de once años de persecución y penas de telediario. Pero su supuesta superioridad moral todavía les da el cuajo para ir dando lecciones estando, como están, acosados judicialmente /*por sus propios casos de corrupción. Lo bien que lo vendieron y lo que se han aprovechado todos los que surgieron del vientre de ese caballo de Troya con la admonición de la ”nueva política”.
Una estrategia con los pies de barro que tiene los días contados. Pero si hay un tema doliente, aún más para esta tierra mediterránea generosa y solidaria como pocas, es el tema del Agua. En marzo de 2003 cientos de miles de españoles gritaban en Valencia “Agua para todos”. El PHN aprobado por el PP tras conseguir el mayor acuerdo hídrico de nuestra historia reciente, con las cuencas hidrográficas, el acuerdo de los regantes y la mayoría del Parlamento, venía a solucionar la histórica reivindicación de agua del Levante español. Una solución que partía de optimizar los recursos con las aguas sobrantes, garantizando caudales ecológicos en las cuencas cedentes y con un pacto histórico para la mejora de los regadíos de Aragón. Tiempo le faltó a Zapatero para derogar por Decreto 13 años de trabajos técnicos y legislativos. Obras planificadas, adjudicadas, financiadas y en marcha. Cinco tramos que constituían el 7% del trazado, estando previsto concluir las obras en 2008. Estamos en 2021 esperando las soluciones del Plan Agua de Narbona y sus desaladoras, con la Justicia y la UE estrechando el cerco sobre Acuamed.
El campo mediterráneo vuelve a alzar la voz. Agua para todos. El Trasvase Tajo-Segura, objetivo político del neoecologismo, es una infraestructura vital sujeta al capricho de este Gobierno. No se pueden cambiar las reglas de explotación sin contar con los principales afectados, secando la huerta mediterránea con gravísimas consecuencias económicas y medioambientales para todos los sectores vinculados con el agua. Andalucía, Murcia y Comunidad valenciana deben unir sus intereses en defensa de un bien que es de todos y que nadie como sus regantes han sabido aprovechar, optimizando su uso de manera ejemplar. principio de unidad La política hídrica es un asunto de Estado y 12 millones de españoles exigen esa justicia redistributiva desde la unidad, el diálogo y la colaboración, a pesar de que el Presidente Puig tilde de aquelarre defender esta infraestructura.
Los propios regantes afirman que el agua es de todos los españoles y no del territorio que la tiene más cerca, debiendo respetar el principio de unidad de cuenca hidrográfica. Insisten en un PHN que devuelva al Estado sus competencias y blinde la Constitución del juego político entre CCAA. Por eso se han encendido todas las alarmas tras la politización del Consejo Nacional del Agua, fulminando su representatividad. Defendamos lo que es justo, porque el Tajo-Segura es una “obra solidaria” que genera 300.000 puestos de trabajo indirecto y 110.000 directos, aportando 3000 millones de euros al PIB español, regando 55 millones de árboles e impulsando la industria agroalimentaria más puntera de Europa. El agua es símbolo de unión, riqueza y prosperidad, aun más en estos tiempos de dificultad. “Agua para todos”, pero de verdad.
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