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Albalat dels Tarongers rompe relaciones con el párroco por sus sermones machistas y homófobos
Las vecinas de la localidad aseguran que el sacerdote justifica los bofetones a las mujeres si son "para educar"
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BORJA PEDRÓS / EFE - 29/11/2022
Iglesia de Albalat dels Tarongers. / BORJA PEDRÓS
Escándalo en el Camp de Morvedre de nuevo por el sacerdote itinerante que Albalat dels Tarongers, Estivella, Torres Torres y Segart tienen desde hace un año. En noviembre de 2021, El Periódico de Aquí ya publicaba la denuncia de varias feligresas de Estivella por los discursos machistas y homófobos de los sermones del entonces nuevo párroco. Ahora, un año después y con una situación que no ha cambiado, el Ayuntamiento de Albalat dels Tarongers ha dicho basta y ha decidido por unanimidad de los nueve concejales que conforman la corporación municipal mostrar su repulsa y condena a la actitud sacerdote. El Consistorio ha convocado un pleno de urgencia y ‘ad hoc’ para viernes, 2 de diciembre, día en que se publica este quincenal.
Que “la homosexualidad es una enfermedad, motivo para ir al infierno y que requiere de un tratamiento o discursos que cargan contra las mujeres, el aborto y las prostitutas” son algunos de los sermones recurrentes del sacerdote de las citadas localidades del Camp de Morvedre, según varios testigos a que ha tenido acceso este periódico. El resultado, confirman, “las iglesias bastante más vacías que antes. Mucha gente se ha levantado a mitad misa y se ha ido”. “Yo, como mujer, como persona, como ser humano y, sobre todo, como alcaldesa, no puedo permitir esto”, afirma la presidenta de la corporación municipal de Albalat, Maite Pérez. “Mi obligación es velar por mis vecinos y vecinas, que, por cierto, son suficiente los que me han pedido que el Ayuntamiento actúe”, añade la alcaldesa. A esto, subraya: “no tenemos nada contra la Iglesia, al contrario; nuestra denuncia va contra el sacerdote”.
“Todo el que pueda vulnerar derechos y libertades y todo el que no cabe en un Estado de derecho, todo sale por su boca”, ha señalado Pérez, mientras que el concejal del PP y exalcalde de este pueblo Filiberto Prats ha asegurado en Efe que, como feligrés, tuvo que salirse de la iglesia por “las barbaridades” que a su juicio estaba diciendo desde el púlpito. “Se metió con todo el mundo. El único salvado parece ser que es él”, ha relatado Prats, y ha dicho que al final no pudo soportar “tantas solemnes barbaridades”, porque aunque han hablado con él, el rector “sigue con la suya”.
Una vecina ha explicado que dejó de ir a la iglesia cuando atacó a los homosexuales, y ha afirmado que hay niños de la primera comunión que tienen miedo después de un sermón, así como que el cura se mete con las mueres y las denigra. Otra vecina cuenta como el cura incita que las mujeres sean sumisas ante sus maridos y justifica que se los dé una bofetada “para educar”, y como induce a la violencia de género pero también “en todos los sentidos”, porque decía que los homosexuales “tenían que esta todos muertos”.
Coincidiendo con los testigos, la alcaldesa de Albalat traslada las voces de algunos vecinos y vecinas: “Justifica la violencia de género con la superioridad del hombre ante la mujer, dice auténticas barbaridades sobre el aborto, como que es un asesinato, critica los hombres que esculpen su cuerpo, juzga la manera de vestir de algunas mujeres, etc.” No obstante, la alcaldesa exprés que, al menos en las misas en que ella ha estado, los discursos no han ido más allá de ser “largos, aburridos y soporíferos”: “tal vez porque sabe que en caso contrario mi reacción sería bien distinta a la de los feligreses”, deduce.
Lo que la corporación municipal de Albalat pretende con el pleno de viernes es, además de mostrar su repulsa en primera instancia, inducir el sacerdote a rectificar “pedir disculpas públicas a todos los colectivos a que ha ofendido” y, a partir de ahí, instar el Arzobispado de València a tomar medidas.
Maite Pérez ha querido, por otra parte, pedir disculpas públicas al vecindario por no haber actuado antes. Y es que hace un año, cuando se hizo pública la situación en Estivella y el mismo estaba ocurriendo en Albalat, padres y madres se pusieron de acuerdo con no llevar sus hijos e hijas a catequesis, precisamente por los discursos de odio del rector. Aquella situación obligó las catequistas y el consejo parroquial a habla con el sacerdote para que cambiara su actitud.
Por su parte, el Ayuntamiento de Estivella descarta, al menos de momento, ninguna medida al respeto. “Más allá de conversaciones en ámbitos informales, ningún vecino o vecina se ha dirigido directamente al Consistorio sobre este tema”, afirma el alcalde de la localidad, Rafael Mateu. Desde el Ayuntamiento de Torres Torres, la alcaldesa Amparo Bolós también ha confirmado que desde su gobierno no se va a hacer nada ya que no han recibido ninguna queja sobre el sacerdote.
El sacerdote lleva haciendo misa a cuatro localidades del Camp de Morvedre desde hace poco más de un año. Es joven. Tiene 24 años y a los feligreses les sorprende, precisamente por eso, sus sermones. Fuentes afirman que estaban emocionadas antes de la llegada del nuevo sacerdote: pensaban que una persona joven llevaría aire fresco e ideas de cambio al catolicismo de la Baronía, cosa que no ha sucedido.
El párroco niega las palabras
A pesar de que El Periódico de Aquí se ha puesto en contacto con el párroco sin éxito, desde el Arzobispado de València han asegurado que la institución ha podido hablar con él. Según Efe, el sacerdote niega las palabras que se han puesto en boca suya y dice que se han tergiversado. Del mismo modo, condena absolutamente la violencia contra las mujeres y afirma que “en ningún caso ha sido su intención ofender nadie. El cura lamenta “enormemente” el mal que esta noticia ha hecho en la Iglesia y “a quienes se hayan podido sentir ofendidos por la tergiversación de sus palabras y perdona las calumnias realizadas contra su persona”.
Las mismas fuentes señalan que algunos feligreses han contactado con el Arzobispado para asegurar que las declaraciones no coincide con las palabras del párroco, reafirmando que se han tergiversado.