Rueda de prensa/EPDA La Junta de Gobierno Local aprobará este viernes la
convocatoria del concurso para el diseño definitivo de la plaza del
Ayuntamiento. Un jurado paritario y multidisciplinario seleccionará la
propuesta ganadora, que deberá respetar los criterios establecidos tras el
proceso de participación “Pensem la plaça”. El espacio, de 12.000 metros
cuadrados, será peatonal, renovará los puestos de flores, dispondrá de fuentes
para beber, baños públicos, sombra, vegetación, zona para plantar la falla o
disparar la mascletà, y no aumentará el número de terrazas. Queda abierta la
decisión sobre el paso de la línea C1 de la EMT. Se espera que el proyecto esté
redactado en un año y que las obras, con un presupuesto máximo de 8.639.400
euros, empiecen en septiembre de 2023. El alcalde, Joan Ribó, y la
vicealcaldesa y concejala de Desarrollo Urbano, Sandra Gómez, han presentado la
iniciativa para hacer una reurbanización integral “inclusiva y accesible”.
La apertura de la licitación del
concurso para el diseño definitivo de la urbanización integral de la plaza del
Ayuntamiento supone “la recuperación del espacio público para las personas”,
dentro del contexto de la pandemia, la Capitalidad Mundial del Diseño y el
acuerdo para ser una ciudad climáticamente neutra. Así lo ha indicado el
alcalde, quien ha recordado que antes del cierre de la plaza al tráfico pasaban
10.000 coches al día y que, según el plan de movilidad urbana, los vehículos
representan el 23 % de los desplazamientos ciudadanos, mientras que ocupan el
60 % del espacio público, lo cual “no es razonable”.
Después de avanzar en su urbanización
con medidas de urbanismo táctico, “hemos podido ver cómo la gente disfruta de
un lugar donde antes había coches, humo y ruido”, ha señalado el alcalde, y
ahora la próxima comisión de gobierno municipal acordará la convocatoria del
concurso para el diseño definitivo. El objetivo es, como ha destacado Joan
Ribó, “disfrutar de grandes espacios donde pasear y disfrutar, de manera
saludable y sostenible”.
El proceso consta de dos fases. En
primer lugar, los equipos candidatos deberán acreditar que cumplen los
requisitos en un plazo de 30 días. La segunda fase comprende dos etapas: la
presentación de las propuestas de forma anónima (en 60 días) y la elección de
entre tres y cinco anteproyectos (en 45 días).
El tribunal que seleccionará el
proyecto final será multidisciplinario. Estará compuesto por el alcalde y la
vicealcaldesa, que encabeza la Concejalía de Desarrollo Urbano, o las personas
en quienes deleguen, miembros del Colegio de Arquitectos y el Colegio de
Ingenieros, y personal técnico de la Conselleria de Cultura y el Ayuntamiento.
La idea ganadora recibirá 559.988 euros y se encargará de la redacción del
proyecto básico, la ejecución y la dirección de la obra. Los entre tres y cinco
equipos finalistas tendrán un premio de 9.680 euros para hacer frente a los
gastos y el trabajo realizado.
Por su parte, la vicealcaldesa, Sandra
Gómez, ha recalcado que antes de 2015 “el espacio de la plaza reservado al
vehículo privado era del 57 %. Hoy el 18 % del total de la superficie es para
el vehículo privado y los peatones disfrutamos del 83 %”. Se trata “de un
cambio de paradigma muy importante, pero queremos dar un paso más allá y
decidir cuál será la plaza del Ayuntamiento de la próxima generación”. En ese
sentido, la titular de Desarrollo Urbano ha apuntado que el diseño definitivo debe
respetar los criterios consensuados durante el proceso “Pensem la plaça”, en el
que se recogieron más de 1.800 opiniones y participaron 33 entidades.
De esta manera, el mobiliario urbano debe
ser accesible, se tienen que aumentar los espacios verdes y de sombra, integrar
espacios flexibles para actividades festivas como las fallas o las mascletaes,
renovar y reubicar los puestos de flores, no aumentar el número de terrazas e
instalar fuentes para beber y baños públicos. Además, se tiene que reordenar la
movilidad, teniendo en cuenta que hay que contemplar como ámbito de actuación
los 100.000 metros cuadrados de Ciutat Vella. Según Gómez, “el criterio es que
la plaza sea peatonal, pero también accesible”, por lo que “se tiene que
estudiar las entradas, accesos y salidas en relación a todo el distrito”. Queda
abierta la decisión sobre el paso de la línea C1 de la EMT.
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