Base Militar de Marines. EPDA. Tras el reconocimiento retributivo y dignificación de policías y guardias civiles, el gobierno
ignora la denigrante situación retributiva de los militares que resulta dramática para miles
de ellos, siendo el Ministerio de Defensa el principal responsable de no defender a su
personal. Los últimos incrementos recibidos han sido tan irrisorios que todavía han puesto
más de manifiesto la grave situación de las nóminas militares.
El reconocimiento a los hombres y mujeres militares, utilizados como último recurso en
todo tipo de crisis, no puede consistir en aplausos, medallas y alabanzas, que no se
admiten como medio de pago de las necesidades familiares. Debe reflejarse
inexcusablemente en unas retribuciones justas proporcionales al valor del trabajo
desarrollado. El sueldo del soldado es tan bajo que el próximo aumento del Salario Mínimo
Interprofesional (SMI) puede dejarle por debajo. Las guardias, el trabajo a turnos, la
nocturnidad, la extensión de horarios, la peligrosidad, la continua preparación técnica, la
disponibilidad permanente y la movilidad geográfica requieren de una contraprestación
retributiva justa en términos de responsabilidad y equidad en relación con otros cuerpos
del Estado.
ASFASPRO, AUME y ATME, hartas del ninguneo al que son sometidas en sus justas
reivindicaciones, se han dirigido a las Ministras de Defensa y de Hacienda en un
intento de reconducir un dialogo social productivo y respetuoso con la justicia retributiva
que se solicita. Han solicitado un incremento de 300 millones de euros en el
Complemento Específico, de manera que cada militar, con independencia de su
graduación, vea mensualmente amentado en 60 euros el componente general y en 100
euros el componente singular de dicho complemento. Una subida a cuenta de la definitiva
homologación salarial pendiente, reclamada por el Congreso de los Diputados y por el
Senado desde el año 2018 pero todavía no materializada.
Vista la evolución de los contactos mantenidos hasta el momento con las autoridades
ministeriales en materia salarial, y ante la previsible falta de respuesta adecuada, las
asociaciones profesionales están dispuestas a trasladar en octubre sus
reivindicaciones a la calle: justicia retributiva y carrera profesional digna.
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