Beatriz Jacoste, directora de KM ZERO. EFE/Manuel Bruque Jacoste (Aranjuez,
Madrid, 1992) es una trotamundos que ha vivido en ciudades de Alemania,
Hungría, Italia y Egipto, y ha viajado "sesenta días al año" para
visitar Países Bajos, China, Singapur, Canadá o Estados Unidos en busca de las
mejores soluciones alimentarias de todo el mundo.
ENSEÑAR HISTORIA,
GEOGRAFÍA Y NUTRICIÓN CON EL ARROZ CHINO
Cuenta a EFE que
cuando trabajaba en Berlín en tareas de diplomacia -es graduada en Relaciones
Internacionales- empezó un voluntariado para ir en autobús a los colegios a
cocinar y enseñar a los niños sobre nutrición y cocina con alimentos que
donaban los supermercados, como la "fruta fea".
"Me marcó tanto
ver que a los niños se les podía educar a través de la alimentación que dejé mi
trabajo y me volví a España, y en la cocina de mi madre empecé unos cursos para
enseñar a niños idioma, geografía o historia, todas las asignaturas, a través
de la alimentación", añade.
Con el afán de que su
iniciativa "tuviera impacto en todos los colegios", la presentó a una
convocatoria europea aunque le instaron a cursarla a través de una entidad y no
a título individual. Fue entonces cuando se cruzó en su camino la organización
Future Food y trasladó su residencia a Italia.
"Ahí empezó de
verdad mi viaje para entender el sector de la alimentación", sostiene, y
resalta que diseñó un currículo "para poder enseñar las diferentes asignaturas
a través de la cocina".
Explica, como
ejemplo, que hablar del arroz tres delicias le permitía enseñar "la ruta
de la seda, el uso de los diferentes ingredientes y de qué país provienen y sus
propiedades; ahí aprendes la parte de nutrición, de geografía, de historia e
incluso del idioma porque aprendes esas palabras en otras lenguas".
DE FUTURE FOOD A KM
ZERO
Su paso por Future
Food le permitió viajar por medio mundo, descubrir soluciones y tecnologías e
impregnarse de la "parte humana de las empresas e instituciones dispuesta
a abrir las puertas y contar su conocimiento, hacer algo bueno por la sociedad
y colaborar con otros".
A nivel alimentario,
ha descubierto que la globalización en términos de consumo "ha llegado de
forma muy relativa" porque por ejemplo, mientras en países en vías en
desarrollo crece el consumo de carne, en los más desarrollados ese índice va a
la baja.
"Hay
características regionales muy diferenciadas entre países pero, en términos
conjuntos, he podido ver la velocidad del cambio que estamos viviendo y que al
final la resiliencia es fundamental para quien quiera sobrevivir",
manifiesta.
Su llegada a KM ZERO,
a cuya dirección llegó en noviembre de 2020 y cuya plantilla está formada en un
70 % por mujeres, le brinda el "momento para poder aplicar todo ese
conocimiento" y tener un impacto positivo.
"Hace dos años
surge la posibilidad de volver a España e implementar toda la inspiración que
había ido adquiriendo al entrar en KM ZERO, donde se ayuda a emprendedores a
transformar sus ideas en un producto real y viable que pueda entrar en el mercado",
detalla.
En KM ZERO cuentan
con "un respaldo industrial, empresas que están cambiando sus prácticas a
raíz de lo que les recomendamos y esto hace que lleguen a millones de
consumidores y, consecuentemente, tengan un impacto positivo en el ambiente y
en la salud de las personas".
En esta plataforma de
innovación, que anualmente reúne a los máximos exponentes internacionales de la
innovación alimentaria ("foodtech") en sus encuentros Ftalks Food
Summit y que edita la revista Fooduristic, que recopila todas las innovaciones,
"se convierte el conocimiento en algo tangible y que llega a los
consumidores".
LAS INNOVACIONES MÁS
DISRUPTTIVAS
Cultivar carne en un
laboratorio o la tecnología crisper (edición genética) son algunas de las
innovaciones "más disruptivas y sorprendentes" que "nunca
hubiéramos imaginado" que se podrían dar en el ecosistema alimentario.
Detalla que hace unos
años "ni se hubiera ocurrido pensar que podríamos comer carne o pescado
sin sacrificar a los animales" ni que con la edición genética se lleguen a
hacer "cultivos resistentes al cambio climático o diseñar plantas con menos
residuos y más saludables".
En su opinión, la
pandemia no solo no ha frenado la evolución del sector alimentario, sino al
contrario: "Nunca había ido tan rápido a la hora de avanzar".
SU ÉXITO, EL
COMPROMISO CON LA EXCELENCIA
Asegura que en su
trayectoria le ha servido "el compromiso con la excelencia" porque
"ser productivo no es una casualidad; en el día a día hay que
comprometerse con la excelencia para conseguir los objetivos".
"Hay que pensar
en lo que te ilusiona y te da energía, y dedicar más tiempo a eso porque
siempre tendrás el aliciente de trabajar más y levantarte por la mañana con
pasión, y así es como salen las cosas", puntualiza.
Considera que cada
uno tiene su propia brecha que salvar entre donde está y le gustaría estar,
pero no ve "una brecha por género, sino personas, y cada uno tiene que
definir su propia estrategia para alcanzar el lugar donde quiere estar".
"Si triunfadora significa que estoy feliz y satisfecha, sí me considero
ejemplo de mujer triunfadora", concluye. EFE
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