"Oh hijo mío, búscate un reino igual y
digno de ti mismo, pues Macedonia es demasiado pequeña para ti".
La frase debería ser conocida por todos. El rey
Felipe II de Macedonia reconoció que su hijo Alejandro Magno tenía
el potencial para convertirse en un líder como el mundo nunca había
visto antes. Lo que muy pocos saben es cuál fue la causa de este
reconocimiento. Si bien es cierto que ha habido otros casos, incluso
anteriores a éste, en los que se ha apostado por los caballos y las
carreras de caballos, éste es el primer incidente del que se tiene
constancia. Mucho antes de que existieran las casas
de apuestas especializadas en carreras.
La apuesta
Se rumoreaba que un corredor había negociado con
un caballo que no podía ser domado. Se llamaba Filonio el Tesalio.
Se acercó al rey Felipe con la esperanza de vender ese caballo. Sin
embargo, pedía 13 talentos, un precio demasiado alto. Incluso para
un caballo de las mejores razas tesalias con un cuerpo y una cabeza
macizos. En la presentación, como era de esperar, nadie consiguió
domarlo y Filipo estaba dispuesto a despedir a Filónico, hasta que
Alejandro intervino. Dijo que podía domar aquel caballo y desafió a
su padre. Si efectivamente podía hacerlo, entonces Felipe tendría
que pagar el exorbitante precio. La apuesta fue aceptada.
Alexander ya se había dado cuenta del problema.
Se acercó al gran corcel y empezó a hablarle en voz baja para
calmarlo. Luego simplemente lo giró hacia el sol. La sombra del
caballo ya no era visible, por lo que ya no se sentía angustiado por
ella. Alejandro montó el caballo que ya no ofreció más
resistencia. El nombre pasó a ser conocido para toda la eternidad:
Bucéfalo (versión latina) o, como lo llaman los griegos,
Voukefalas.
La vida
Sirvió fielmente a su señor, a través de muchas
batallas y miles de kilómetros de viaje. Desde Macedonia, al sur de
Grecia, a Asia Menor, a Egipto, a toda la actual Turquía, al norte
de la India y a Pakistán. Un viaje que terminó en la batalla del
río Hydaspes y la muerte de Bucéfalo durante los combates.
Alejandro lloró la muerte de su fiel amigo durante bastante tiempo.
Incluso sentó las bases de una ciudad con el nombre de Bucéfala en
honor del equino caído. Esa ciudad aún sobrevive como Jhelum. La
leyenda cuenta que un pueblo cercano, Jalalpur Sharif, es el lugar
donde Bucéfalo está realmente enterrado.
La historia es también un ejemplo del resultado
que puede producirse tras un empeño en el que hay mucho en juego y
grandes recompensas. Los 13 talentos de aquella época representan
los varios cientos de miles que la gente de hoy está dispuesta a
apostar cuando quiere obtener grandes beneficios. Apostar
alto tiene sus riesgos
pero también ofrece grandes recompensas.
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