El último peldaño de la exclusión
social. Y el más olvidado. Las personas sin hogar se han vuelto más
“invisibles” si cabe a ojos de la sociedad en los últimos cinco años a
consecuencia de la crisis. Los problemas económicos que, desgraciadamente, han
ido afectando cada vez más a distintos estratos sociales, han desplazado de la
conciencia ciudadana a los sin techo, personas que han perdido sus redes
familiares y sociales y se encuentran sin empleo, sin ingresos y sin hogar. El
“I Informe de las Personas Sin Hogar en Valencia”, elaborado a partir de los
datos extraídos del Departamento de Trabajo Social de Casa Caridad, afirma que se
ha producido un mayor deterioro tanto físico como mental entre el colectivo de
las personas sin hogar, compuesto mayoritariamente por hombres españoles, de
entre 41 a 65 años.
“La cronicidad de la situación de estas
personas en la calle y su estado de salud son dos de los aspectos que más se
han agravado a consecuencia de la crisis económica” ha apuntado Antonio
Casanova, presidente de Casa Caridad, quien ha añadido que “para todos ellos es
importante saber que se les sigue teniendo en cuenta y tenemos que continuar
trabajando para lograr que mejoren sus condiciones de vida”.
El albergue de la Asociación, el único
de la ciudad que acoge a hombres, mujeres y niños y a mayores de 65 años, registró
el pasado año 22.187 pernoctaciones. Las dificultades para acceder a recursos
económicos como la Renta Activa de Inserción o la Renta Garantizada de
Ciudadanía ha traído como consecuencia un aumento en el número de
reincorporaciones en el albergue de Casa Caridad, que en 2012 aumentaron un 26%
respecto el año anterior. Además, “a los problemas de la vivienda y el
desempleo se unen otras problemáticas añadidas, causa o consecuencia de su vida
en la calle, como las adicciones o los problemas mentales, por lo que las
posibilidades de reinsertarse en la sociedad se complican cada vez más para este
colectivo”, ha apuntado Casanova.
Recursos para la recuperación social
El albergue de Casa Caridad es un
recurso de primera acogida, un puente entre la vida de la calle de las personas
sin hogar y los recursos específicos: pisos compartidos, habitaciones de
alquiler, residencias de tercera edad, programas de reinserción... Sin embargo,
estos recursos son “escasos” en palabras de Luis Miralles, vicepresidente de
Asuntos Sociales de Casa Caridad, sobre todo para el grueso del colectivo de
las personas sin hogar: “A lo largo de estos años la administración pública ha
puesto a disposición de los necesitados recursos dirigidos principalmente a la
población de tercera edad. Pero nos encontramos con personas sin hogar en edad
activa que hoy en día tienen muy difícil su reinserción tanto laboral como
social. En Casa Caridad atendemos a estas personas hasta que encontramos una solución
definitiva”. Por ello, a pesar de que en su creación el albergue fue un recurso
pensado para las personas que estaban de paso, lo cierto es que la estancia
media en una habitación de Casa Caridad es de 3 a 6 meses y, “tristemente,
tenemos algunas personas albergadas desde hace más de un año”, ha explicado
Miralles.
En el caso de las mujeres, han
incrementado su presencia en los últimos años hasta representar un 32% del
total de usuarios del albergue en 2012. Las familias aunque en menor medida, también
hacen uso de este servicio, acompañadas de sus hijos. En estos casos, se
procura que el paso por el albergue sea lo más corto posible y durante el
tiempo que dura la estancia, los niños son atendidos en la escuela infantil de
la Asociación.
365 Noches Solidarias
Con el objetivo de devolver la
visibilidad social a este colectivo, desde Casa Caridad se pondrá en marcha en
2014 la campaña “365 Noches Solidarias”. Una iniciativa en línea con “365
Comidas Solidarias” por la que particulares y empresas pueden financiar los
gastos de un día del comedor social. En esta ocasión, se buscan donantes o
nuevos socios que, con una aportación de 10 euros mensuales, ayuden a financiar
los gastos del albergue de Casa Caridad y apoyar la reinserción social de estas
personas. El objetivo es lograr 365 personas que cubran un año entero de
“noches solidarias”.
“Es cierto que muchas personas no
quieren estar sujetas a las normas de convivencia de un albergue, pero aquí no
solo cubrimos sus necesidades básicas, como son el techo y la comida, sino que
también les escuchamos, les acompañamos en sus trámites o visitas médicas y les
hacemos sentir parte de algo”, ha explicado Fernando Giner, vicepresidente de
marketing y comunicación de Casa Caridad. De hecho, muchas de las personas
albergadas en la Asociación forman también parte del Centro de Día, un recurso
social, único en la ciudad de Valencia, que cubre y trabaja las necesidades
educativas del sector más crónico y deteriorado, como son las personas sin
hogar.
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