Imagen viral de Isabel Muñoz, en el campo de fútbol del Valencia CF el domingo por la mañana. /EPDA “Quizás tu no padezcas hambre de este pan y hay otros que lo piden sin consuelo, lo que te sobra puedes regalar a quien de sed y hambre llorará… Tu amor podía ser el pan a compartir, la fuente que calmará su reseco, tan sólo una sonrisa y descubrir, la paz que al recibirla sientes dentro…”
Recuerdo como si fuera ahora, el final de la década de 1990: aún vivían los padres de Isabel, la tía María y el tío José; su casa en la calle de San Vicente siempre tuvo las puertas abiertas. Isabel era ese genio de la lámpara que se aparecía en los lugares donde más falta hacía, eso sí, de una forma silenciosa, anónima y discreta.
Isabel y su hermano querían tener hijos y desde muy lejos, desde la otra parte del charco, nos trajeron a tres niños que colmaron de alegría el hogar anteriormente mencionado.
Estoy desde el domingo, pensando escribir estas líneas para dejar constancia de un hecho histórico. Casinos ante la adversidad de esta devastadora Dana ha demostrado su solidaridad, atendiendo las demandas que se han hecho a través de Bandos, redes sociales y organismos oficiales.
También soy consciente de todas las ayudas individuales o colectivas, como esos coches 4x4 que desde el primer momento han estado presentes en el lugar de la tragedia. El dolor de lo ocurrido es tan grande que no es momento de alabanzas. Es momento de arrimar el hombro y cada uno desde sus posibilidades haga lo que esté en su mano, en su conocimiento o en su pecunio particular..
La imagen de Isabel Muñoz, en el campo de fútbol del Valencia CF el domingo por la mañana es una imagen que a nadie de los que la conocemos nos dejó indiferentes. Se puede calificar de ejemplar, modélica,didáctica, altruista… no sé, pero lo cierto es que Isabel estaba allí, dándolo todo como siempre ha hecho a lo largo de su vida.
Hoy esa imagen, ha sorprendido al mundo al verla proyectada en directo en Antena 3, televisión, Isabel se ha convertido en una imagen viral. Ella nos ha hablado de alegría, de servicio. De ignorancia para manejar las nuevas tecnologías y de necesitar ayuda en pleno centro de Valencia para atender el programa de televisión. Esa es Isabel Muñoz.
Nos podemos quedar con la sencillez graciosa de lo expresado ante las cámaras, puede habernos arrancado la más profunda sonrisa o carcajada, pero a nadie puede dejar indiferente su actitud ante la vida.
Empezaba esta crónica con la letra de una canción que cada vez que protagonista la escuchaba, la sentía en lo más profundo de sus entrañas. Ahora me valgo de otra canción, de Vicente Morales, que puede ser el vivo retrato caracterizado una vida: “… el vivir para servir, gozándolo en gratuidad, dando razón de esperanza, fermentando la unidad, anunciando al resto pobre que llame a despertar, la conciencia tan dormida que existe en la humanidad”.
Isabel te has convertido en la voz de un pueblo, en la vocera contra el olvido, en la sonrisa, de quien tanto la necesita y en el ejemplo de todos. Eres la abuela soltera de 79 años que siempre has derrochado entusiasmo y juventud, eres un ejemplo interminable de ayuda, Eres el secreto guardado a voces de socorrer a quien en tu puerta ha llamado y has demostrado que la edad solo es un número y que el corazón no tiene fecha de caducidad.
Termino recordando a tu madre, sentada en aquel sillón rojo y tu padre, al lado, con aquellas gafas, caídas y la profunda mirada, cuántas horas viendo pasar el tiempo en aquella habitación, pero la frase que marcaba la reuniones siempre era la misma: “de los cobardes no se ha escrito”. Aquí lo dejo… guardo silencio, pienso: Gracias al tío José Matíes y a la tía María Collado, Isabel ha puesto una sonrisa al drama que Valencia está viviendo.
“Que nadie se olvide de Valencia aquí estoy yo para recordarlo”. GRACIAS.
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