D. Tomás Minguet Civera, nuevo párroco de Casinos. / EPDA Desde el día veintiuno de septiembre del año 2025, D. Tomás Minguet Civera es el nuevo párroco de Casinos. A las diecinueve horas, empezó el acto y toma de posesión de D. Tomás, con el Rito de la Celebración Eucarística, siendo recibido a la puerta de la iglesia por el Consejo de Pastoral Parroquial, las primeras Autoridades Municipales, acompañado de D. Juan Melchor Seguí Sarrión: Vicario Episcopal de Evangelización y nuestro Arcipreste: D. Francisco Ferrer Tapia.
En el interior del templo, se entonó por el coro y la feligresía el Himno de Santa Bárbara, patrona de Casinos, para la procesión de entrada y los ritos iniciales en los que el nuevo Cura-Párroco, hizo su profesión de fe y promesa de fidelidad a la Iglesia, recibiendo posteriormente los Santos Evangelios.
Juan Melchor Seguí, en la homilía predicó con brillantes palabras el Evangelio, presentando al nuevo párroco, como el pastor enviado por el Señor Arzobispo al pueblo de Casinos, ensalzando su trayectoria ministerial, recordando los diferentes lugares donde ha ejercido su labor pastoral.
D. Tomás, recorrió la iglesia, tomando posesión de los diversos puntos de celebración: Pila Bautismal, Confesionario, Sagrario, volteó las campanas y al sentarse en la Sede, recibió el espontaneo aplauso de los dieciocho sacerdotes que lo acompañaban y de los feligreses, demostrando la alegría en el inicio de nuevo ministerio.
Al finalizar la Eucaristía, D. Tomás, se dirigió a todos los asistentes, por primera vez en Casinos, dejando constancia de algunas de sus palabras pronunciadas: “Agradecimiento para D. Juan Melchor, Vicario Episcopal que me acompaña, al Vicario Episcopal, de esta zona, que desde el principio me está ayudando mucho y que no ha podido venir; al Arcipreste D. Francisco y al resto de sacerdotes, que siempre es un consuelo y una ayuda tenerlos tan cerca.
Gracias a mi familia que está aquí presente, familia que siempre es, mirada benevolente, palabra de aliento, brazos que ayudan, espaldas que soportan, corazón que bombea vida y alimento, que siempre es perdón, siempre es volver a empezar. Muchas gracias.” […]
“Doy públicamente las gracias a D. Enrique Saiz, el párroco saliente por la labor que ha hecho estos años y por lo mucho que me ha facilitado la incorporación a la nueva parroquia, dándome un testimonio de humildad, de desprendimiento y de buen hacer como sacerdote.
Muchas gracias a todos ustedes queridos feligreses de esta bendita parroquia de Santa Bárbara Virgen y Mártir, porque me han acogido benevolentes sin conocerme, guiados de que vengo de parte del Señor; a todos los miembros y grupos que interceden en la fe, a la Cofradía del Santísimo Cristo de la Paz, a quienes hoy habéis preparado con tanto decoro esta celebración: el Consejo de Pastoral, el Coro, los que han arreglado toda la iglesia, sin que nadie se dé cuenta, a los monaguillos, a los niños que han traído las ofrendas, a los que se preparan para la primera comunión, a los Juniors, que habéis hecho las peticiones y de modo especial a D. Javier Navarro, párroco de Benisanó que ha llevado la liturgia, con celo, diligencia y maestría. Muchísimas gracias a todos.
Un recuerdo también, aunque no me escuchen, al resto de vecinos de Casinos que no han podido venir, porque no han sabido, no han querido, o porque están enfermos, ojala pueda ir pronto a visitarlos. ¡Gracias! Gracias a tantos otros con los que me he ido encontrando en esta vida.
Ahora, una petición que los curas siempre piden, por favor, <recen por mí, es por su bien, les conviene hacerlo, -recen por mí (sonrisas de complicidad en los asistentes)>. Empiezo con temor y temblor esta misión de ser párroco: pídanle por favor al Señor, que yo sea fiel a lo que debo hacer, se lo repito, por su bien; que anuncie sin miedo su palabra, que anuncie sin miedo la verdad, que sepa guiarles y acompañarles, hacia el cielo, que es nuestra meta, que es lo que importa.
Que sepa quererles como necesitan ser queridos, no como les gustaría, como necesitan ser queridos. Que celebre los sacramentos siempre con fervor, con fidelidad, con unción; que no ceda al desaliento y a las dificultades, que no me calle por miedo, es por su bien, que no busque aplausos, sino la fuerza de Dios. Que busque siempre en todo agradar al Señor, cumplir sus mandamientos, ganar almas para Cristo; que yo mismo no deje de rezar en ningún momento por ustedes.
Pongo esta nueva misión, en brazos de la Santísima Virgen María, madre de Cristo, madre nuestra, un Cristo que aquí es invocado bajo la preciosa advocación de Cristo de la Paz. Señor Jesús, ayúdame, ayúdanos; Virgen María, ayúdame, ayúdanos.
Pido también la bendita intercesión de Santa Bárbara que fue Virgen y Mártir, implorando los dones que en ella han brillado, la pureza virginal y el corazón indiviso, la fidelidad a Dios y a la verdad, aun a precio de la propia vida, hasta el derramamiento de la sangre. Santa Bárbara ruega por nosotros y que el Señor nos bendiga”.
Un cálido aplauso fue el broche a estas entrañables y esperanzadoras palabras que marcan su venida a Casinos.
Laura Gómez, con simpatía desbordante, en nombre del Consejo de Pastoral y de la Parroquia, le expresó la más cordial bienvenida a D. Tomás, a la vez que invitó a los asistentes que acompañaron al párroco y a la feligresía, a que degustaran nuestros dulces típicos de Casinos en el Centro de Pastoral Parroquial.
Por último se cantaron los gozos al Santísimo Cristo de la Paz, subiendo hasta el retablo donde está la imagen, siendo venerada por nuestro nuevo pastor. ¡Cristo Santo, Cristo amado, con vos vivo y sin vos muero!
Don Tomás Minguet, bienvenido a Casinos: está Vd. en el pueblo más dulce del mundo, esperamos acogerle con la misma generosidad, que en sus palabras nos ha solicitado, siendo ese sacerdote amigo, que nos ayude a crecer a todos como buenas personas.
José Salvador Murgui Soriano.
Cronista Oficial de Casinos.
Académico de la R.A.C.V.
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