Mari Carmen fue hija de María y Abel y en aquella casa “cantonera” de la carretera comarcal 234 instalaron sus padres un fábrica de turrones y peladillas de las muchas que adornaban aquel centro comercial que era y es la carretea.
“La Estrellita” tenía por nombre aquel espacio con dulzón olor, donde en vitrinas de vidrio y madera exponían los dulces artesanos que allí se elaboraban y sobre una mesa de madera se consolidaban las ventas al por menor de aquellas delicias al paladar para superar el ingenio de la competencia.
Abel y María tenían tres estrellitas: Mª Carmen, Bárbara y Pepa, las que supieron adaptarse a los tiempos modernos, porque su madre la Tía Marieta fue moderna hasta su último momento de su vida, además de ser una experta viajera siempre con voluntad e intención de conocer el mundo.
Mª Carmen y Pepa estudiaron Magisterio con unos años de diferencia y Bárbara ha llevado una vida comercial, haciendo del trabajo bien hecho su bandera y últimamente convirtiéndose durante muchos años en una especialista en el arte de hacer buñuelos. “Buñuelos Bárbara” tienen un sello de autenticidad.
Tres hermanas unidas por la cultura, por el trabajo y por la familia,
Mª Carmen pasó parte de su vida en Alzira, que junto a su esposo Miguel, atendieron las responsabilidades laborales a lo largo de la semana en aquel lugar de la Ribera, pero al llegar el fin de semana su vida era Casinos.
Tuvimos la oportunidad de compartir algunos viajes con Mª Carmen y Miguel siendo un ejemplo de compañerismo, de saber dialogar sobre experiencias y descubrir el mundo. Austria, Budapest, Alemania, Ginebra o Roma, fueron algunos destinos que vivimos con intensidad, guardando siempre buenos recuerdos del trayecto recorriendo..
Su esposo Miguel ya hace años que nos dejó y para Mari Carmen han sido once años los que ha vivido sin ser ella, porque ella fue una celebridad de cultura, educación y elegancia.
Estas enfermedades tan agresivas te minan la salud y cuando lo olvidas todo, tu mundo queda reducido a la nada.
Llega ese momento como dijo su hijo Abel, para el que.nunca estas preparado y tanto los hijos como la persona que la cuidaba fueron muy exquisitos al definir en sentidas pinceladas la vida de Mª Carmen. En esos momentos tan íntimos hay que ser muy respetuosos con los sentimientos que se expresan.
Lo más significativo fueron las hondas palabras cuando se refirió a los últimos días de su madre: “ has muerto donde tú querías, en Casinos, en tu pueblo y rodeada de aquellos que querías, dejando la huella de ser la mejor madre que podíamos tener”.
Cuánto amor encierra esa frase: amor sin límites, amor a su pueblo y amor familiar. Y así fue rodeada de amigos, rodeada de familia y con el dolor de aquellos que la queríamos, despedimos a Mari Carmen.
Sus hermanas y sobrinos en el silencio del momento recordarían tantos momentos vividos, pero el umbral que parte la vida con la muerte, por fuerza nos obliga a separarnos.
Quedamos en hacer más viajes, teníamos muchos proyectos, pero quedaron suspendidos en la memoria y hoy recordando esos momentos he querido escribir estas letras dedicándotelas con mi cariño por tu ejemplo de mujer valiente y de mujer, estudiosa; nunca en tu vida te olvidaste de esa tierra que te vio nacer y crecer. Que al igual que a ti y a mí y a otras muchas personas, nos lo ha dado todo.
Descansa en paz y contenta; tu generosidad, tu vida marcaron una época en Casinos que hoy recordamos con nostalgia.
José Salvador Murgui Soriano.
Cronista Oficial de Casinos.
Académico de la RACV.
Programa de fiestas de Casinos 1943
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