En vísperas de la Semana Santa mucha gente se está planteando los lugares que pueden encontrar auténticos productos tradicionales y naturales que hagan honor a la fiesta que se celebra.
Casinos por su situación geométrica, ha sido un blanco muy particular, capaz de endulzar al mundo y proveer las mejores mesas de manjares, auténticos y naturales que desde hace muchos años se fabricaban en sus obradores y se cocían en aquellos hornos que se alimentaban con leña.
La Pascua de Casinos, a partir de la década de 1950, hasta casi los años 70 marcó, un importante hito en la presentación de las “monas de Pascua”, lo acreditan los tratados de prensa del decenio de finales de 1960 donde encontramos textos de María Ángeles Arazo, que nos hablaban de las monas que preparaban Paquita Perez, “Paquita la Rulla” y María Rosa Muñoz, “María Rosa la del forn de la Plaça”.
Aquellas monas eran una auténtica obra de arte, donde con utensilios domésticos, como el dedal, agujas de tejer, la funda metálica de aquellos plateados termómetros, o la barra de madera de amasar, se ponían manos a la obra para elaborar unas preciosas joyas hechas con la masa de pan que eran comparables a porcelanas multicolores o a los bocetos de las fallas infantiles.
Las exquisitas manos de María Rosa, la “tía Mari” tenían esa flexibilidad y elegancia para moldear desde un ramo de flores con el huevo duro pintado de rojo al centro de cada flor, un sol, un burrito, una o varias cestas de diferentes diseños, o cualquier elemento decorativo para hacer un regalo monumental.
El tiempo, cruel calendario que ejecuta sin piedad el paso de los días y de las horas nos va arrebatando esas personas y con ellas su sabiduría que tanta gloria le han dado a nuestro pueblo.
Su legado puede ser imperecedero pues algunos escritores como María Ángeles Arazo y fotógrafos como Francesc Jarque ya dejaron constancia en alguna de sus obras publicada en el año 1978 por la Diputación Provincial de Valencia y por la memoria óptica de muchas personas de Casinos, que llevamos en la memoria aquel trabajo artesano y bien cuidado que no se puede olvidar.
Hoy esa antorcha, la ha recogido Amelia Isabel Muñoz Gómez, que en su camino de trabajo y esplendor, lleva una importante colección de primeros premios en los concursos que participa presentando auténticas y novedosas obras de arte.
Las Monas de Pascua han evolucionado acorde a las necesidades de los nuevos tiempos, pero podemos considerar que es un producto muy nuestro y un producto que ha dado páginas gloriosas a la historia de Casinos.
Otro día hablaremos de las paradas técnicas que hoy es necesario hacer en nuestra ruta gastronómica, para que no falten ni los embutidos, ni la carne, ni las cocas con pasas y nueces, para celebrar la Pascua valenciana, aunque para dar ese salto histórico, no podemos olvidar el pasado y enlazarlo con el presente.
Casinos es un pueblo artesano, un pueblo dulce, tiene personas de corazón, noble y hospitalario y sabe ofrecer al visitante un vaso de agua para calmar su sed, un vaso de mistela para endulzar su vida y una copa de vermut para tener una buena digestión.
No olvidemos que para elaborar productos de calidad, necesitamos buena almendra, buen aceite, rica miel, huevos naturales, harina en su medida y esas manos artesanas que sepan acariciar la masa para convertirla en esa joya artesana imposible de olvidar.
Se acerca la Semana Santa y Pascua, destino CASINOS.
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