un profesor con una grupo de alumnos. EPDA La demanda profesional del inglés sigue al alza en un mercado laboral cada vez más interconectado. De este modo, parece indiscutible que el aprendizaje de un segundo idioma garantiza nuevas ventanas para enfrentarnos al mundo. Si además ese idioma es el inglés, la oportunidad que se abre en el horizonte profesional inmediato es más que significativa.
La orientación hacia un mercado laboral global ha provocado que el manejo del inglés sea un requisito fundamental para las compañías a la hora de seleccionar a su personal y hacer contrataciones. En este contexto, reforzar el conocimiento de la lengua inglesa resulta una tarea ineludible.
Edades tempranas
Lo ideal es que la enseñanza de un segundo idioma comience en edades tempranas en las que se tiene mayor capacidad para el aprendizaje. Si se establece una buena dinámica pedagógica, en poco tiempo los alumnos pueden alcanzar un buen dominio del idioma.
En ese periodo infantil es importante que los niños aprendan a través del juego y que “los profesores les inspiren confianza en el aprendizaje para que este estudio complementario no sea rígido, el alumno lo disfrute y no suponga una carga adicional a su rutina semanal”, aclara Laura Coeli, responsable de la academia de inglés de los sábados del colegio británico Caxton College.
Así mismo, es importante que este aprendizaje se desarrolle en un entorno cómodo y con recursos que permitan que las clases sean dinámicas y entretenidas. “En Caxton contamos con mucho espacio al aire libre que permite a profesores y alumnos mantener encuentros distendidos, con el juego como denominador común, para que la enseñanza sea atractiva sobre todo en las clases de infantil y primaria”.
Además, el estudio de una nueva lengua produce un efecto positivo sobre el crecimiento intelectual, así como un enriquecimiento del desarrollo mental, lingüístico y emocional del alumno.
Experiencia académica
Para que ese aprendizaje sea sólido es recomendable que el idioma se enseñe en las aulas como un concepto cultural y no sólo gramatical. Por ello, metodologías que envuelven la enseñanza de la lengua inglesa con clases en las que se desarrollan actividades relacionadas con la música, el cine, la literatura y todo aquello que tenga que ver con la vida cotidiana, son las que más ayudarán al alumno, sea cual sea su edad.
De hecho, para los adultos “es importante conectar con su realidad social y profesional, sus hobbies, sus lecturas, para así potenciar su producción oral y comunicativa que es lo que realmente le va a dar más frutos a corto plazo”, asegura Laura Coeli quien, a su vez, hace hincapié en la labor del profesorado.
“En mi opinión, los profesores de un centro educativo dedicado a la enseñanza del inglés tienen que ser nativos o tener, al menos, una larga experiencia profesional en países de habla inglesa, además de estudios cualificados que garanticen la solvencia como docente. Por otra parte, todos deben demostrar que cumplen con capacidades para la enseñanza reglada en grupo”.
Por último, a partir de los 12 años es conveniente dotar a los alumnos de recursos didácticos que llamen su atención para que a través de sus gustos personales se les seduzca y aprendan con facilidad. En esta misma etapa es aconsejable que comiencen a testar sus conocimientos en exámenes oficiales externos a su centro de enseñanza. De ese modo se podrá evaluar de una manera objetiva la evolución de su proceso de aprendizaje.
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