Un tractor en la Albufera.
Trabajos de la barrejà.Recorrer estos días el Parque Natural de la Albufera -que se extiende por varios términos municipales como el de Valencia y algunos de las comarcas de La Ribera y l'Horta Sud-, añade a su contemplación habitual las idas y venidas de agricultores dedicados a la “barrejà de l´arros”, sembrar los campos de arroz, que se hace en los últimos tiempos mecánicamente, con enormes tractores adaptados, que lanzan a voleo las semillas que germinarán y se desarrollarán a lo largo del verano.
Valencia está considerada como el epicentro del cultivo del arroz en España, siendo la zona de la Albufera donde se concentra la mayor producción. La zona está en plena ebullición la “barrejà de l´arros” en los campos de las marjales de la periferia de la Albufera de Valencia, la que se prolongará hasta mitad de junio, y que dará su fruto en septiembre. Antaño tanto siembra y cosecha del arroz lo realizaban braceros a mano. Actualmente, dichas tareas están mecanizadas.
Tractores adaptados
El “barrejat” se hace con máquinas especiales que reparten sobre tractores adaptados. El proceso de siembra del arroz en Valencia se realiza sobre agua, con una sembradora que gracias a la ayuda de una hélice en la parte inferior va poco a poco esparciendo las semillas que contiene el tractor en un depósito. En cuanto se siembra brota, en diez días ya se ve la planta con unos 5-6 cm.
En la zona del Parque Natural de l’Albufera se cultiva arroz en campos bañados por aguas de ésta en Albal, Albalat de la Ribera, Alfafar, Algemesí, Beniparrell, Catarroja, Cullera, Massanassa, Sedaví, Silla, Sollana, Sueca y Valencia. También se cultiva arroz en marjals de Alginet, Almenara, Almussafes, l’Alqueria de la Comtessa, L’Alcúdia, Benifaió, Corbera, Favareta, Fortaleny, Llaurí, Massamagrell, Oliva, La Pobla de Farnals, Polinyà de Xúquer, Puçol, Riola, Sagunto y Tavernes de la Valldigna.
Los granos que se siembra han sido seleccionados para obtener arroces más resistentes a las plagas y a las enfermedades y con mayor productividad, se emplean mejores abonos con necesidades específicas para este tipo de cultivo.
Plantas malas
Con el calor de la primavera el arroz crece de forma muy rápida. Pero se ha de tener mucho cuidado en esta época del año porque también se produce el crecimiento de otro tipo de plantas que son perjudiciales para el arroz: ‘el llepó, el gram, la llengüeta, el serreig y la xunsa’.
Como todos los cultivos, el arroz debe seguir un calendario, que en el caso de los campos de arroz valencianos, empieza en el mes de enero con todos los preparativos para la siembra y finaliza en el mes de octubre.
Calendario de la producción de arroz
Enero, febrero: se vacía el agua de los campos para empezar a fanguear. Para ello son arados los campos y la paja del arroz que queda del año anterior se mezcla con el barro, pudriéndose y creando un gran fertilizante natural.
Marzo, abril: se deja que la tierra descanse al sol hasta que se haya cuajado bien. Cuando lo haya hecho, se le dará la vuelta a la capa superior.
Abril, mayo: el agua que hay estancada en el campo se calienta poco a poco, lo que ayuda a germinar al arroz. Se practica uno o dos eixugons, vaciar de agua el cultivo para combatir las algas.
Mayo, junio: la barrejà.
Agosto, septiembre, octubre: se empieza a secar los tallos para que a principio de septiembre, cuando la espiga haya crecido del todo, comience la siega.
Noviembre y diciembre: una vez vendido el arroz, es el momento de volver al campo. Las compuertas que comunican el Mediterráneo con l’Albufera se cierran, y el agua que sobra se manda a las acequias que hay en el perímetro de los campos. A través de un simple sistema de pequeñas compuertas, los agricultores pueden utilizar el agua sobrante para regar sus campos.
Hasta aquí nuestro recorrido por los campos de arroz de l’Albufera. Si queréis saber una actividad tan importante para la provincia de Valencia, os recomendamos que visitéis el Museo del Arroz de Cullera, en la comarca de La Ribera Baixa. Allí encontraremos objetos que se utilizaban antiguamente en los arrozales y muestras de como se trabajaba antaño. Además, su peculiar ubicación, convierte este Museo del Arroz en visita obligada aunque solo sea para disfrutar de sus increíbles vistas.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia