La DANA fue una catástrofe que azotó España entre octubre de 2024 y enero de 2025. Si bien para muchos parece que ha pasado una eternidad, lo cierto es que sigue siendo bastante reciente, que está muy presente en la vida de todos los ciudadanos y es importante que no se nos olvide la cantidad de rutinas que dejó a su paso. Con pérdidas humanas y daños materiales que no podemos pasar por alto, había que buscar una alternativa para la reconstrucción.
La administración pública buscando la manera de ayudar a los que han perdido sus viviendas y/o negocios, se puso manos a la obra para encontrar la forma de lograr una mejoría, de dar nuevas ilusiones a aquellas familias que ahora mismo necesitan un poco de claridad en su futuro. Con las provincias de Valencia, Albacete y Cuenca a favor, sin duda puede que ahora sí que se vea la luz al final del túnel, que haya un resultado real.
¿Cuáles son las propuestas de reconstrucción a la catástrofe de la DANA?
Aunque las empresas privadas han puesto bastante de su parte -y producción- en los meses de sufrimiento, para la reconstrucción resultaba fundamental buscar una alternativa, mirar qué es lo que se podía hacer para que la solución fuese lo más eficaz posible. Los contratos públicos ante la DANA son, por tanto, una de las mejores bazas con las que nos podemos encontrar, aquella que dará el suministro necesario a los que lo necesitan.
Poniendo todas las fuerzas en los que siempre están pendientes de ayudar ante cualquier fenómeno meteorológico que ha supuesto una catástrofe, nos encontramos con programas bastante interesantes, con opciones que levantarán infraestructuras que quedaron fuera de juego. A continuación, para que veamos cuál es el plan que hay sobre la mesa, os dejamos con algunos de los puntos más interesantes:
Magnitud de la inversión pública
Viendo la cantidad de recursos que se han puesto a disposición de los afectados por la DANA, se puede decir que nos encontramos ante una inversión pública que no cuenta con precedentes, que existe un interés en la recuperación sin igual. Atendiendo a los datos, en tres meses (entre octubre de 2024 y enero de 2025) se sumó una cantidad de 413 millones de euros y hasta mil expedientes administrativos.
Con una distribución que se reparte especialmente por la Comunidad Valenciana -a razón de que aquí los daños han sido de mayor nivel- también es importante ver cómo se tiene en cuenta que el número más grande esté donde la población quedó con menos recursos, donde los daños fueron de mayor grado y las personas están con una necesidad más alta.
Principales áreas de inversión
Las áreas en las que se ha invertido más cantidad de dinero son aquellas de primera urgencia. La limpieza y retirada de desechos, la atención social, los suministros así como los servicios técnicos son algunas de las cosas que nos se pueden pasar por alto, aquellas que necesitan de un importante volumen a fin de que se pueda ir hacia adelante lo antes posible.
Lejos de pensar que está todo hecho ya, debemos plantear cómo han estado pasando estos meses las personas, de qué manera han podido sobrevivir en, algunos casos, habiéndolo perdido todo. Para ellos, con estas áreas de inversión, se puede negociar un nuevo comienzo, cómo los programas bien estructurados pueden ser una garantía de reconstrucción. ¿No lo habías valorado desde esta perspectiva?
Gestión de emergencias
La situación vivida en los meses pasados ha servido para crear consciencia sobre cómo la catástrofe puede llegar en cualquier momento, sobre cómo ninguno de nosotros está libre de que ocurra algo que tengamos que lamentar el resto de nuestras vidas. Ante esto, la gestión de emergencias es algo que ha calado en multitud de espacios, aquello en lo que no hay que escatimar en gastos y/o personal.
El impacto de la DANA en la contratación pública se ha notado bastante y es que, si vemos lo mucho que se ha invertido en trabajo para arreglos y atención general a las personas afectadas, nos daremos cuenta de lo que importa, de la manera en la que los ayuntamientos están poniendo todo de su parte para lograr recuperación en todos los aspectos.
Apostando por un urbanismo sostenible, por la prevención como estrategia clave (manteniendo cauces, sistemas de alterta y tecnología) y desarrollo de programas que sirvan ante cualquier nuevo imprevisto, nos encontramos con una situación de mejoras que supone una garantía para las zonas afectadas, que también vale como aprendizaje de terrenos provinciales que se encuentra en una estructura parecida.
Mirando siempre hacia un futuro mejor, la DANA -después de la catástrofe- pone a la administración pública de acuerdo para que se hagan las inversiones que ahora mismo no pueden ir para otro lado, que necesitan reconstruir aquello que una vez fue de otra manera.