"Les Alfábegues". EPDA La mañana aparece con nubes, el calor es aplastante, parece mentira que sea el día dela fiesta de San Lorenzo, día que el calor según la tradición aprieta fuertemente, recordando a Lorenzo de Roma, en latín "Laurentius" ('laureado'), uno de los siete diáconos regionarios de Roma, que fue martirizado en una parrilla el día 10 de agosto del año 258, cuatro días después del martirio del papa Sixto II.
Entre nubes y calor, llego a Bétera invitado por las Autoridades, para presenciar en vivo y en directo lo que ocurre una de las últimas mañanas que les Alfábegues, permanecen en su hábitat natural. Nos recibe Ramón Asensi, el "Mestre alfabeguer" quien desde finales del siglo XX se encarga del cuidado de las mismas, y desde el mes de marzo hasta el mes de agosto, dedica toda su jornada laboral a criar con celo y amor esas plantas que solo en Bétera se pueden contemplar.
Estamos hablando de setenta y tres macetas en tonos rojizos con el escudo de la ciudad en su centro, que esta mañana ya medían dos metros y medio de alto, y se espera crezcan cada día, más de dos centímetros. Es un espacio totalmente verde, de un cultivo casi hidropónico, inundado de agua y más agua, que a través de un perfecto sistema de drenaje, da vida a esta obra de arte digna de la naturaleza y de la mano humana.
Ramón Asensi, "el Mestre alfabeguer", comenta con orgullo los diferentes pormenores del cuidado y atención a las plantas, es consciente que en pocos días el recinto quedará vacío, pero la simiente ya está preparada con la esperanza de que les Alfàbegues renazcan con más fuerza en el año 2022.
Nos advierte: "-Podemos decir que este año, estas plantas son ecológicas, están sanísimas, y no las hemos fumigado..." el espacio está totalmente limpio, las cañas y los hilos le dan esa forma de abanico semi abierto coronado por las abundantes hojas que rematan la maceta. El techo que cubre el huerto, es una fina lona que deja pasar hasta la imperceptible lluvia que a ratos nos acompaña, pero el fuerte olor a albahaca lo inunda todo.
Bétera, ciudad del Camp del Turia, que obsequia con más de veinticinco plantas a sus invitados y pueblos amigos; el domingo pasado día ocho de agosto con motivo de la visita de la Imagen Peregrina de la Virgen de los Desamparados a Sinarcas, envió una alfàbega al recordado Don Gilberto, hoy cura párroco de aquella ciudad y hace unos años diácono en la Parroquia de Bétera, con el único motivo el del agradecimiento, sumado al de festejar la llegada de la Patrona de Valencia a esa localidad.
Los Ayuntamientos de los pueblos de la Comarca, también son acreedores de esta gracia, teniendo presente el trabajo artesanal de un pueblo con solera que brinda el aroma perfumado de lo más exquisito de la naturaleza.
La Alfábega, es ese tributo de amor que Bétera, "les Obreres" junto a todo el acompañamiento local, ofrece a el día quince de agosto con motivo de la Asunción de la Santísima Virgen María.
La pandemia que estamos pasando desde el año 2020 trunca las tradiciones, aunque la esperanza en el nuevo renacer haga que se mantengan impecables nuestras costumbres... El día quince de agosto según la normativa establecida, les Alfàbegues serán ofrendadas en la Iglesia Parroquial, echaremos de menos muchos detalles de la fiesta; los preciosos trajes quedarán guardados esperando el momento de ser abrazados por la luz solar, pero en el corazón de los vecinos de Bétera, siempre estará vivo ese perfume inconfundible que la albahaca exhala al ser portada como ofrenda viva y eterna.
Camisetas y abanicos, marca de turismo, balcones engalanados con la marca "Bétera, poble coeter", calles limpias y gente educada nos saluda a nuestro paso. Es día de mercado, hay un ambiente bullicioso y festivo, calles cerradas. Se hace casi medio día, volvemos al Ayuntamiento, donde puedo ver esas nuevas camisetas y abanicos que Francis Montesinos ha diseñado con todo cariño y que son un orgullo no solo para esta ciudad sino para todo el Camp de Turia.
Ilusión en el año 2022, "Enguany les Festes de Bétera amb el cor"... esa es la idea, ese es el sentimiento; quizás sea la meta deseada, encontrarnos con el final de una época para vivir otra mejor, mientras tanto elevamos los ojos al cielo, sentimos el inconfundible aroma de las colosales albahacas, poniendo el punto final en la Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción, donde en el lateral del presbiterio se encuentra una imagen de San Roque, que desde el año 2020, está allí, defendiendo, acogiendo, cuidando o librando, a este mundo tan aquejado de malas pestes.
Amb el cor, me despido de Bétera, sintiéndome amigo de las Autoridades que me han acompañado; con la sencillez, simpatía y sabiduría de Ramón Asensi, "el Mestre alfabeguer" que seguro estará sin dormir, pensando en ese día quince de agosto, cuando la ciudad de Bétera, rinda ese tributo de amor, porque la fragancia y notoriedad de les Alfàbegues del vergel de Bétera son únicas en el mundo, esencia de vida, categoría natural y argumento de alegría.
Mestre, que el año 2022 sea el más fecundo y frondoso de la historia. ¡Gracias!
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