Una religiosa mirando la destrucción. Fotografía enviada desde GazaHace años conocí, en la ciudad de El Cairo a algunas de las Hermanas de la orden del “Rosario di Gerusalemme”, fundadas en Jerusalén. Tuve la ocasión de convivir unos días con ellas, la verdad es que siempre recibí un trato cordial, afable, cariñoso, cargado de bondad y generosidad.
Los años nos separan y también la distancia, pero gracias a las redes sociales casi a diario, sigo en contacto con ellas, porque cuando una amistad es verdadera no conoce límites ni fronteras. En alguna ocasión he escrito sobre ellas y su labor asistencial, entre otras casas, tienen un colegio con mil ciento cincuenta alumnos comprendidos en edades desde los tres años hasta los diez y seis, es decir hasta llegar a la Universidad.
Este colegio está situado en Tel al-Hawa (conocida como "Colina del viento") o Tel al-Islam ("Colina del Islam")concretamente es una zona enclavada en un barrio que se encuentra en la parte sur de la ciudad palestina de Gaza , se puede decir que fue fundada fines de la década de 1990, y sabemos que Tel al-Hawa es una de las áreas más prósperas de la ciudad. Allí se encuentra la Universidad Islámica de Gaza y el Ministerio del Interior de la Autoridad Nacional Palestina.
Hoy día doce de mayo, a las 23.24 horas que estoy escribiendo estas letras, y hablando con un hermana, que está allí en Gaza, puedo decir que después del último bombardeo en Gaza este colegio ha sufrido grandes daños colaterales como resultado del bombardeo de la escuela de estas hermanas, no teniendo que lamentar víctimas mortales y las hermanas en esta hora me hacen saber que agradecen a Dios que haya velado por la seguridad de todos.
Enterado de lo que ocurrido, me he puesto en contacto con una de las hermanas que estaba conectada, y al preguntarle “¿-que sucede?” la respuesta ha sido contundente: “Abbiamo un guerra in Gaza. ¡Prega per noi!
Los intentos de mediación entre las partes de Egipto, Qatar y Naciones Unidas, no han dado fruto, el enfrentamientos se han multiplicado en las últimas horas, con incursiones aéreas y oleadas de cohetes sin precedentes desde hace dos años. Las imágenes que me ha enviado son impactantes, y los videos hablan por sí solos.
Mientras hago estas letras, hablo con ella a través del Facebook, le pregunto si ahora ¿están tirando bombas? Si ellas ¿saben cuándo va a terminar?, y la respuesta es muy triste, los niños mueren, los edificios caen, los vagabundos van perdidos… sin nada. Nuestros estudiantes han visto cuatro guerras. No saben lo que es vivir en paz.
Me dice que en este momento hay un poco de calma, mientras la ciudad, el barrio, camina desorientado. ¡Con que tristeza escribo estas escalofriantes letras! En el año 2021, en el mes de mayo, estar viviendo una guerra con personas que conoces, que amas, que has convivido con ellas, y estar presenciando esas escenas de dolor a través del Facebook.
El pasado domingo, hace tres días, les enviaba videos de la Plaza de la Virgen, para participarles de nuestra fiesta, ellas gozosas aplaudían a la Bella Madonna, no saben que su nombre es la Virgen de los Desamparados, y este pueblo, estas mujeres, estos niños, hoy son los protagonistas del mayor desamparo. 23 horas ,42 minutos, se perdió la conexión, la Suore, dejo de hablarme. Que silencio tan elocuente se palpa y se siente cuando el mundo está en guerra. De nuevo retomamos la conversación, le pregunto si están todas las hermanas bien, a pesar de los daños sufridos en el edificio y la respuesta es: “-Ringraziamo Dio noi stiamo bene per miracolo.” Gracias a Dios estamos bien de milagro.
Queridas hermanas, queridos alumnos del colegio, con estas letras solo dejo plasmado el acontecer del momento, solo dejo constancia del dolor que sentimos, expreso esa solidaridad que necesitáis para seguir adelante. Seguiremos en contacto mientras las redes y el wi-fi nos deje, y esperemos que las sombras dejen paso a la luz, que las bombas se apaguen, los tiros enmudezcan y la paz que os merecéis, os abrace.
A las 0.03, me dice la hermana, que escriba y que diga: “-Suplicamos a los líderes del mundo que digan No a esta guerra. Que actúen como pacificadores. Nadie pregunta por Gaza. Gaza quiere la paz para el futuro de todos. ¡Quiero llorar fuerte para que todo el mundo me escuche!”
¡Que amargura de frase, nuestros alumnos han conocido cuatro guerras! ¡Señor Danos la Paz!
Estaba poniendo la firma cuando vuelvo a recibir un nuevo mensaje: “¡Por el mal y la maldad que hay en el mundo, ahora han bombardeado!” La escuela enmudeció, la noche será larga...
¡Qué pena y aflicción transmiten estas palabras!
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