Hoy vivimos en un mundo complicado, los días, las semanas, los meses pasan volando y el tiempo nos devora. Nunca llegamos a tiempo, además de vivir en una sociedad cargada de insultos y despropósitos. Muchas veces necesitamos hacer un silencio interior, un silencio difícil de encontrar.
Hace años descubrí que la semana Santa de Sevilla tenía algo que solo se encuentra en esa ciudad, de ahí que me animé a vivirla.
Me conmueve ver los ojos empañados por las lágrimas, me ofrece respeto ver a un joven santiguarse cuando una imagen pasa a su lado, estremece el sonido de una saeta, rompiendo el silencio de la noche, siendo imposible describir cuando los costaleros hacen las últimas “levantas” sintiendo el quejido de la madera.
Estas pinceladas pueden ser el pequeño boceto de una monumental obra de arte que se vive desde el domingo de Ramos hasta el domingo de Resurrección, acompañada de una música que mereceré un estudio minucioso y especial.
Siendo un enamorado de Valencia, aplico la frase de que “aquello es muy grande” pero que “lo nuestro que nadie nos lo toque” cada cosa en su lugar.
En Sevilla encontramos muchas advocaciones con el título de Desamparados, pero en esta ocasión me voy a referir a dos. En primer lugar citaré la Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Salud y Buen Viaje, María Santísima Madre de los Desamparados, San Juan de Ribera y Protomártir San Esteban: en su Estación de penitencia, desfila un banderín azul en el que sobresale una imagen de la patrona de Valencia.
En su paso al lado del llamador y en la repisa del paso, hay una imagen de la Virgen de los Desamparados, que no solo preside el paso, sino que procesiona durante las largas horas de esta estación de penitencia.
En el dorsal de los costaleros se lee en letras doradas “Desamparados”, letras que lucen con dignidad cada vez que abrazan su peso sobre el costal.
El otro recuerdo a Valencia lo tenemos en la iglesia de San Vicente que es una de las más cofradieras de Sevilla. Cinco pasos de dos hermandades diferentes procesionan desde ella todas las Semanas Santas. La Hermandad de las Penas de San Vicente procesiona cada Lunes Santo desde está Iglesia.
La Hermandad de las Siete Palabras, enmarcada en el Miércoles Santo, también tiene en este templo su sede canónica. Desde ella procesionan sus tres pasos: Jesús de la Divina Misericordia, el Cristo de las Siete Palabras y la Virgen de la Cabeza. El primero de ellos data de 1650 y fue obra de Felipe de Rivas; el segundo, del siglo XVII, es de Felipe Martínez; y el tercero, de mitad del siglo XX, es de Emilio Pizarro.
“Siete palabras”, así empieza la primera estrofa de los gozos al Santísimo Cristo de la Paz de Casinos y así en momentos de angustia han sido recordados vecinos de Casinos dedicándoles alguna “levanta” sellada por lágrimas de emoción y agradecimiento, antes de entrar la imagen a su casa.
En esa iglesia se encuentra la imagen de la Virgen de los Desamparados donde los Valencianos en Sevilla celebran su fiesta y justo al lado derecho en la columna hay un cuadro pintado al óleo con la imagen de Santa Bárbara.
Lazos que entrelazan los pueblos, nexos que unen a las personas, momentos sellados por la historia que se vive adentrándonos en el silencio de tan intensos días.
SEVILLA es así, nada pasa por casualidad.son tantas las referencias y recuerdos que la lista sería interminable.
José Salvador Murgui Soriano.
Cronista Oficial de Casinos.
Académico de la RACV
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