Los técnicos de la Guardia Civil han conseguido la última pista que permitía cerrar el caso. /EPDALa Guardia Civil ha dado por concluida la investigación sobre la muerte de Craig Ainsworth, exmarine británico y antiguo miembro del equipo de seguridad personal de David y Victoria Beckham, cuyo cuerpo
fue hallado en el parque de San Vicent de Llíria. Aunque el caso parecía claro aún quedaba un aspecto por aclarar: Ainsworth vivía en Dénia y se desplazó hasta Llíria y eso abría incógnitas sobre cómo llegó hasta la localidad de Camp de Túria y si fue hasta allí solo o acompañado.
Las autoridades han determinado finalmente que se trató de un suicidio, tras no encontrar indicios que apunten a la intervención de terceras personas. Craig Ainsworth se desplazó hasta Llíria desde Dénia en un coche de alquiler, que fue localizado por la Policía Local en un área de estacionamiento del paraje natural donde fue encontrado el cadáver. Una segunda inspección del vehículo confirmó que el exmilitar viajó solo. Tras realizarse la autopsia en el Instituto de Medicina Legal y tomarse declaración a sus familiares, los investigadores cerraron el caso como suicidio, sin que existan dudas sobre la causa de la muerte.
El cuerpo sin vida de Ainsworth fue localizado después de que su madre, Sally Ainsworth, alertara a la policía tras leer un mensaje de despedida publicado por su hijo en redes sociales. En él, hablaba abiertamente de su sufrimiento y del trastorno de estrés postraumático que padecía desde su paso por Afganistán.
En su emotivo mensaje de despedida, Ainsworth escribió: “Adiós, gente hermosa. Vivir es lo más raro del mundo. La mayoría de la gente existe, eso es todo”. También hablaba de la dura etapa vivida durante los últimos años, especialmente a raíz del confinamiento, que —según él— destrozó su vida y le hizo perder a personas muy queridas.
“Por favor, no se entristezcan. Ahora soy libre. Viví con un corazón puro y buenas intenciones. No fui perfecto, pero viví intensamente”, continuaba. El texto finalizaba con una petición clara: no quería funeral, solo que sus cenizas fueran esparcidas en el mar. “Ahora estoy en paz. Algo que nunca encontré en vida. ¡Pero qué viaje!”, concluyó.
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