Los diseñadores, estudiantes y autoridades que participan en la VI edición de Miradors de l"Horta. A. D. “La tierra que nos nutre” con este lema arranca la sexta edición del festival Miradors de l’Horta que del 24 de octubre al 9 de noviembre volverá a concienciar sobre este espacio natural propio de los municipios de la comarca de l’Horta Nord y que supone una forma de vida, “nuestra manera de estar en este mundo”, como ha destacado el responsable de Turismo de la Mancomunitat del Carraixet, organizadora del evento, y alcalde de Foios, Sergi Ruiz.
En esta ocasión son cuatro los municipios que contarán con las obras efímeras y acogerán los talleres y actividades que se desarrollarán a lo largo de dos fines de semana: Alfara del Patriarca, Bonrepòs i Mirambell, Foios y Vinalesa. Será estos términos municipales donde se dispondrán las siete propuestas creadas por diseñadores y estudios, seleccionadas por la Associació de Professionals del Disseny de la Comunitat Valenciana, que colabora estrechamente con la iniciativa, que harán reflexionar a los visitantes sobre la huerta.
“El turismo es necesario para situar a nuestros pueblos en un ámbito competitivo”, ha apuntado Ruiz en la presentación del festival celebrada en Las Naves de Valencia, que ha contado con la presencia de alcaldes y concejales de las localidades y de los representantes de los cuatros estudios participantes y los tres grupos de estudiantes.
Diseños
Una de estas obras de arte, que ha explicado María Núñez por el grupo de estudiantes del CEU, se ubicará en Vinalesa y recreará el pasado de la fábrica de la seda, con sus acequias que tienen la función de canalizar el agua hasta la localidad. La propuesta tiene como material principal la tela, que simula a la seda, y que une los colores de la tierra (beige), el agua (azul) y los caballones del los campos (marrón). Los visitantes podrán dejar su huella en ellos con un sello.
Los estudios Piano Piano, Mha y Carpe han utilizado la última parcela periurbana de Bonrepòs para instalar su propuesta que advierte del peligro que corre la huerta frente a la especulación del ladrillo, y lo hacen con un catálogo de elementos constructivos que emergen de los caballones del terreno. Su título lo dice todo, “Mengem rajoles”, “un elemento también propio de la comarca” en una obra que “mira hacia al futuro de la huerta para reflexionar”, como han señalado María Donnini (Mha) y Aitor Deza (Piano Piano).
Vinalesa también acoge una segunda obra, diseñada por al artista Miguel Hache. Se trata de “Los invisibles”, en referencia a los agricultores. “Consumimos frutas y verduras pero no somos conscientes del trabajo que realizan los agricultores”, explica su autor. Así, ha representando este trabajo con azadas que se moverán por el viento de forma pendular, provocando la invisibilidad de las personas.
Alfara del Patriarca tendrá la obra más internacional, una colaboración entre Pablo Paradinas (Madrid) y Elebres Estudio (Méjico), bajo el título de “100 metros lineales”. La propuesta está inspirada en las tomateras de la huerta valenciana, representadas por una estructura de acero cubierta con lonas que atraviesa toda la parcela.
Edu Comelles dejará su impronta en la Casa dels Artillers de Foios con una instalación sonora que recoge los sonidos nocturnos de los campos de chufa con los grillos y el que se registra en las acequias en desuso que apenas llevan agua. La instalación se concreta en cinco tablas de madera dispuestas y sobre ellas recipientes de mimbre o yute que contienen altavoces de los cuales brotan grabaciones de campo de la huerta de Alboraya. Oculto bajo las mesas, un sistema electrónico procesa infinidad de registros sonoros para generar una composición en constante transformación, que ofrece un paisaje sonoro irrepetible.
Foios contará con la propuesta del grupo de estudiantes de la UPV Temps. “Nos dimos cuenta de que solo hablábamos y debatíamos y pensamos que ahí estaba la clave del proyecto”, señalan Antonia y Guillem. Así, han creado una estructura circular, como una exposición, destinada al debate, con un espacio ideal para sentarse a dialogar sobre el pasado, presente y futuro de la huerta. La obra se ubica justo sobre un viejo campo de fútbol improvisado, rellenado con hormigón sobre lo que antes era tierra, una muestra del futuro incierto de la huerta.
Por último, y también en Vinalesa, Natalia Inchaustegui y Alejandro Suárez (CEU) exponen ‘L’Últim Element’, una experiencia inversiva para los visitantes que lleguen a conocer Miradors de l’Horta. El sol, el agua y la tierra representados en tela se unen en unos triángulos formando un túnel que lleva hasta un espejo. Allí, la frase “sin ti falta un elemento” invita a reflexionar sobre el papel que jugamos en la huerta.
Todo esto se completa con un amplio programa para “jugar, comer y bailar”. En este sentido, los talleres se centran en el diseño y el arte relacionados con la huerta, como la elaboración de un atrapasueños de otoño. La música y el baile llegará de la mano de Barrio Gila, con versiones de diferentes épocas, y Rodamons, para todos los públicos. Además, se han organizado rutas en bicicleta para visitar las obras en plena huerta.
Piano Piano, Mha y Carpe exponen su proyecto. A. D.
La presentación de una de las obras efímeras. A. D.
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