Más de mil personas llenaron ayer tarde la Catedral de Valencia en la misa y acto de desagravio al Santísimo que presidió el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, por la profanación perpetrada en la capilla del hospital Arnau de Vilanova, donde fue robado el pasado miércoles el sagrario, con formas consagradas en su interior.
"Nos reunimos muy llenos de dolor, sencillamente para adorar al Señor sacramentado, para adorar a Dios, en gesto de adoración y de expiación, para pedir perdón y pedir al Señor que perdone a quien o quienes han llevado a cabo crimen tan horrendo, en el fondo porque no saben lo que hacen , aunque lo hayan hecho", indicó el Cardenal al comienzo de su homilía. En ella advirtió, también, que la acción sacrílega es "en el peor de los casos, en odio a la fe que reconoce y proclama en las especies sacramentales la presencia real de Jesucristo, llagado, crucificado, entregado enteramente por nosotros los hombres; Él es nuestro Dios y nuestro solo y único Señor".
"Ha sido verdaderamente ultrajado"
En su homilía, el titular de la archidiócesis de Valencia, con el que concelebró su obispo auxiliar, monseñor Esteban Escudero, y el capellán del hospital Arnau de Vilanova, Jorge Molinero, entre otros sacerdotes, invitó a "reavivar el sentido de la Eucaristía, donde está el origen mismo de la Iglesia, y a adorar al Señor, porque ha sido verdaderamente ultrajado, aunque Él perdona en su infinita misericordia". A este respecto, el purpurado destacó la "grandísima importancia" de la "relación intrínseca entre celebración eucarística y adoración: siempre la Eucaristía adorada es signo de la fe y de la Iglesia".
También se refirió el cardenal Antonio Cañizares a la situación actual "en este mundo nuestro, que necesita ser transformado en su raíz verdadera, porque hemos olvidado a Dios, a la adoración, para que no quepan actos tan dolorosos como el que esta tarde reprobamos, expiamos y por el que pedimos perdón".
Así, precisó el purpurado que "esta tarde adoramos al Santísimo Sacramento para que quien haya perpetrado la profanación se convierta y encuentre la recta orientación tras el gravísimo pecado cometido, para que descubra la misericordia del Señor que va en su búsqueda como la oveja perdida, y para que nuestra vida sea un permanente acto de reparación por todos los abusos y pecados cometidos contra la Eucaristía".
Además, el titular de la archidiócesis de Valencia aseguró, en otro momento de su homilía, que "no podemos trivializar la Eucaristía, a Jesucristo presente" y resaltó que "es necesario que ante Él nos comportemos con verdadero sentido de adoración y de fe, reconociendo que está con las llagas y el costado abiertos, intercediendo ante Dios desde el cielo".
Petición expresa del Cardenal a toda la diócesis de Valencia
Al término de la homilía, el Cardenal hizo una petición expresa "desde aquí a toda la diócesis" para que "todos tengamos todo el respeto y toda la adoración que se merece la Eucaristía, que en las iglesias se guarde el silencio correspondiente, que se adore verdaderamente al Señor, que toda celebración de la Eucaristía sea no sólo para el sacerdote, sino para todos, un acto de verdadera adoración al Señor, para celebrarla bien, como la Iglesia nos pide, y también que en nuestra diócesis se multipliquen más y más las capillas de adoración eucarística al Santísimo Sacramento", porque "ésta es la reparación que Dios nos pide, y no solamente esta tarde sino día a día, viviendo el sentido de verdad que tiene la Eucaristía, que no es un acto de piedad sino que es el centro de nuestra fe, de donde brota también la fe".
El cardenal Cañizares concluyó sus palabras invitando a experimentar "la transformación que se opera en la Eucaristía, que es del odio al amor, de la violencia al abrazo de paz, de la mentira a la verdad; es la transformación que necesitamos para ser testigos de Jesucristo, para llevar a todas partes su perdón y reconciliación y pedir la renovación de nuestra diócesis, para que no quepan más actos como el que estamos viviendo y sufriendo".
Acto de desagravio
Una vez concluida la misa dio comienzo el acto de desagravio, tras la lectura de una monición inicial en la que se explicó el sentido del acto. Tras ello, se llevó a cabo la exposición del Santísimo, que fue adorado en silencio por los participantes de rodillas. A continuación, comenzó la solemne procesión claustral con el Santísimo, portado por el cardenal arzobispo de Valencia, a cuyo término, tuvo lugar la oración de desagravio, antes de finalizar con la reserva del Santísimo Sacramento.
La desaparición del sagrario en la capilla del hospital Arnau de Vilanova fue descubierta en la tarde del pasado miércoles por una de las personas que colaboran con el capellán del hospital. Al parecer el sagrario, que contenía varias formas consagradas, fue desempotrado de la pared del presbiterio rompiendo los anclajes que lo sujetaban, según indicó a la agencia AVAN el capellán, Jorge Molinero.
Nada más tener conocimiento de lo ocurrido, el sacerdote presentó la correspondiente denuncia ante la Policía.
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