Casal de la Pau ofreciendo su caridad. -EPDALa Fundación
Divina Pastora ha colaborado por sexto año consecutivo con el Casal de la Pau en el programa ‘Atención a personas reclusas y
exreclusas con enfermedad mental’, un programa de continuidad que se lleva
desarrollando desde hace nueve años.
A través de esta iniciativa, se desarrollan aquellas
medidas necesarias para mejorar la salud y calidad de vida, tanto de las
personas que residen en el centro de acogida de Casal de la Pau como de las que
viven en sus propios domicilios. Se elabora un itinerario de intervención
individualizada que recoge aspectos sociales, jurídicos, sanitarios y
socioculturales.
Durante 2019 se ha atendido a un total de 63
personas: 29 han sido acompañadas en prisión, 7 alojadas en sus propios
domicilios, 4 en situación de sin hogarismo y 23 en el centro de acogida.
El Casal de la Pau es una asociación sin ánimo de
lucro comprometida en la acogida, atención integral y acompañamiento en los
procesos vitales de las personas que, dentro o fuera de prisión, con riesgo de
internamiento, se encuentren en situación de indefensión y exclusión social,
promoviendo su máxima autonomía. Casos como el de M.S., residente del Casal,
que actualmente también trabaja de cocinera, haciendo suplencias en distintos
centros, incluido el propio Casal de la Pau.
Para M.S., “En el Casal de la Pau te
dan la oportunidad de reinsertarte cuando sales. Hay gente que le da miedo
salir y encontrarse con la realidad, hay mucha gente que necesita una mano. Si
no hubiera sido por ellos, muchas metas de las que he conseguido no habría
podido lograrlas. Me quedan menos de dos meses para tener la libertad total y
entonces me iré del Centro. Eso sí, me voy físicamente, pero no los abandono”.
“A mí la prisión me ha cambiado mucho porque allí
tienes mucho tiempo para pensar, recapacitar... Yo no he salido débil, al
contrario, he salido con más fuerza, con más ganas de luchar y de enfrentarme a
la vida día a día” destaca M.S. quien añade “sabía que me iba a costar
reinsertarme en la sociedad, pero no he bajado la guardia. La cárcel me ha
cambiado mucho, me ha hecho ser mejor persona, me ha hecho valorar las cosas y
aprender a ayudar a la gente.”.
Por último, señala: “Lo que más me gusta de mi
situación actual es que no tengo límites. Lo que quiero para mi futuro es justo
lo que me está pasando. Estoy muy orgullosa de todo lo que estoy haciendo,
tanto en lo laboral como aquí, en el Casal”. En este sentido, afirma “la calle
es la libertad y la libertad es muy bonita. Con libertad puedo conseguirlo
todo”.
La Fundación
Pastora colabora con Casal de la Pau dentro de su compromiso por prestar
atención a personas con alto riesgo de exclusión social. La labor de la
Fundación está orientada a la promoción de obras sociales, benéficas, médico –
sanitarias y de protección de salud.
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