Un visitante observa unos pantalones vaqueros en un certamen de moda urbana. EFE/Alberto Estévez/ArchivoEl textil es la
segunda industria que más agua consume, tanta que se necesitan "8.000
litros para fabricar un pantalón vaquero", que es la cantidad media que
bebe una persona en diez años, según ha explicado a EFE la coordinadora de
medioambiente de Alcampo, María Fernández.
Esta industria, cuyas
prendas en su mayoría no son de origen natural, "emite el 10 % de las
emisiones de CO2" y es responsable del "20 % de la polución de los
océanos", porque al lavarla desprende microplásticos que posteriormente
pasan al mar.
Desde el año 2000
"el consumo de ropa se ha duplicado y usamos de media diez veces cada
prenda antes de deshacernos de ella", aunque su vida útil es mayor, y eso
genera "10 kg de residuos de ropa al año por persona".
Para concienciar a los
consumidores de la "importancia de la reutilización textil", Alcampo
ha incorporado su primer Moda re-, un córner de ropa de segunda mano en la
Comunitat Valenciana, en concreto en el centro de Alboraya (Valencia).
Moda re- es una
iniciativa social de Cáritas que promueve la contratación de personas
vulnerables y está destinada a la recogida, reutilización y reciclaje del
textil; así que el proyecto colaborativo con el hipermercado "supone un
paso para la economía circular, la reducción de residuos y favorece la
integración social".
Esta alianza entre
Alcampo y Moda re- de "lucha contra el desperdicio" comenzó en 2021 y
desde entonces se han instalado 16 córneres, el de Alboraya hace el número el
17, pero a finales de este mes habrá un total de veinte: en la Comunidad
Valenciana, Cataluña, País Vasco, Aragón y Madrid.
Así, el director de
Alcampo Alboraya, Roberto Cano, ha explicado que los precios de las cinco
secciones -hombre, mujer, niño, niña y complementos- oscilarán "entre los
2 y los 30 euros"; y ha destacado que el proyecto utiliza "tecnología
diseñada para contaminar menos sin usar nuevos recursos".
Desde el acuerdo de
colaboración, Alcampo dona a la entidad "las prendas que son aptas para el
uso pero no para la venta" y ha instalado contenedores de recogida de ropa
de Cáritas en sus parkings.
El proyecto está
gestionado por Koopera, red de entidades sin ánimo de lucro que también forma
parte de Cáritas. Koopera tiene en España tres plantas de tratamiento, -en
Mungia (Vizcaya), Riba-roja (Valencia) y Barcelona-, donde se preparan los
productos para su reutilización o reciclado.
La coordinadora de la
de Riba-roja, Emi Carmona, ha confesado que "nuestra esencia es cuidar al
medioambiente, queremos que haya circularidad y residuo 0", por eso si
sobra algún material "lo llevamos a una planta de combustión, no al
vertedero".
En esa fábrica, con un
"69 %" de personal de inserción, clasifican la ropa que les llega
"según qué tipo o de qué temporada sea" y se hace una separación
dependiendo de si sirve para reciclar, reutilizar o es un residuo.
Si una prenda no está
en las condiciones óptimas para volverse a usar, "normalmente se rasga y
se saca hilo"; incluso un zapato sin pareja se vende, "se puede
mandar a África, donde los emplean para hacer bolsos u otros productos".
Una vez clasificada la
ropa y metida en sacos, se hace el último proceso: prepararla para la venta,
que se realiza en 'Arropa', otra empresa de inserción respaldada por Cáritas.
Allí, según ha contado
su gerente, Carlos Moure, el material "se clasifica de nuevo, los
trabajadores establecen el precio, se coloca la etiqueta y se higieniza con
ozono"; tras esto se distribuyen las perchas a los almacenes con los que
Arropa tiene convenio, como Alcampo.
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